En 1999 la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud, una celebración anual que busca promover el papel de las personas jóvenes como socios esenciales en los procesos de cambio, y un espacio para celebrar y dar voz sobre los desafíos y los problemas a los que se enfrentan.
En el marco de esta celebración, para el año 2020, las Naciones Unidas instan a las instituciones adoptar iniciativas virtuales para destacar la importancia del compromiso de las personas jóvenes en los procesos políticos, económicos y sociales.
Para celebrar esta fecha, la Municipalidad de Cartago y el Centro Cultural de España, en colaboración con la Vice-alcaldía, el Área Social, el Área de Cultura y Comunicación y el Museo Municipal de Cartago, convocan la primera exposición virtual para facilitar un espacio a artistas jóvenes cuyas propuestas tengan un fuerte contenido social, siempre con una mirada crítica a la realidad inmediata, y con el fin de apoyar y visibilizar la carrera de artistas emergentes.
En correspondencia, con el contexto global de la pandemia, se busca dar apoyo a la producción de las y los artistas seleccionados con propuestas sobresalientes, a través del mundo virtual, que se ha convertido en uno de los mejores aliados de los espacios artísticos y culturales como una alternativa para mostrar al público el trabajo de los artistas.
Con esta iniciativa se pretende educar al espectador de forma activa mediante técnicas y temáticas que prioricen la idea y el concepto, por encima del objeto de arte, presentando propuestas innovadoras y apasionantes, que permitan dar a conocer los trabajos de los jóvenes creadores, cuyas obras tengan un fuerte contenido social, siempre con una mirada crítica a la realidad económico, social y cultural de nuestra sociedad.
Esta primera edición la conforman 13 jóvenes creadorxs, que hacen uso de prácticas artísticas muy consolidadas como la pintura, la escultura, la fotografía, la técnica mixta, la xilografía y el videoarte.
Queremos expresar nuestro agradecimiento al Centro Cultural de España por su colaboración en la organización de la exposición, así como por su apoyo a la difusión de los jóvenes creadores.
Agradecemos también al Comité de Selección por asumir la responsabilidad de la selección de alta calidad de los trabajos presentados, y a las personas autoras de estos por su participación. A todas las personas jóvenes seleccionadas, nuestra felicitación.
Frank Quesada P.
Director
Museo Municipal de Cartago
“Ay mi hijita”, por Norma Gutiérrez
Foto reportaje, fue seleccionado de forma unánime para otorgarle el primer apoyo a la producción.
Su planteamiento formal, de investigación, creativo y estético, son valorados por el gran acierto en la presentación de la obra. No obstante, es muy importante resaltar su temática sobre los derechos de las personas adultas mayores y sensibilizar de una manera magistral sobre su circunstancia.
Aprovecha este espacio de homenaje a la persona joven, para dar voz y visibilizar a las personas adultas mayores en la familia y la comunidad.
La artista realiza una propuesta cuidadosa que se siente desde el título, con la expresión “Ay mi hijita”, típica forma de entablar conversación de las personas de edad avanzada. Describe con gran maestría las limitaciones de movilidad, la dependencia, la soledad y refuerza con textos sobre la aceptación de la vejez.
De esta forma contribuye a promover la igualdad sustantiva, de no dejar a nadie afuera, de no discriminar, y colabora en la construcción de un cambio cultural en la sociedad, orientado al cuido, al respeto, la solidaridad y el acompañamiento de la personas adultas mayores.
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“Mi abuela, ella vivió conmigo y mi familia sus últimos 11 años de vida, murió a los 96 años, el 23 de octubre de 2019. Comencé a documentar su cotidianidad con una intención y visión personal, esto me llevó a un camino en el cual solo entendí que era el equivocado, cuando ella falleció. Ahora resignifico mi propio cuerpo de trabajo, con un mensaje que creo que toda persona debería leer, ver, y comprender”.
Norma Gutiérrez
“Evolución del respeto: Para principiantes”, por Gustavo Rivera
Obra interdisciplinaria de técnica mixta, grabado en madera, instalación, arte objeto y arte textil, fue seleccionada de forma unánime para otorgarle el segundo apoyo a la producción.
A partir de una técnica interdisciplinar, la obra rescata, desde una propuesta enmarcada en artistas jóvenes, técnicas que han perdido popularidad y posicionamiento ante los nuevos medios contemporáneos hasta considerarse, en algunos casos de manera despectiva, artesanía. La elección de talla en madera, cerámica y macramé como arte textil, fue una apuesta atrevida en un contexto donde el arte conceptual va ganando terreno.
Con ello, la obra propone una revaloración de lo que se considera como contemporáneo, presentando una sustentación y planteamiento conceptual desde lo sociopolítico para realizar una crítica a problemáticas actuales. Esta crítica, centrada en la destrucción ambiental, la desconexión humana con la naturaleza y el atropello de los pueblos originarios expone una mirada decolonial de los procesos de globalización e industrialización para cuestionar la pérdida de identidad cultural.
Este abordaje del asunto aborigen mezclado con su particular ejecución técnica, resalta una propuesta que nada contracorriente entre generaciones de artistas jóvenes, cuyas posturas sociopolíticas recurrentes tienden a hablar de decolonialidad y derechos humanos a partir de técnicas y temáticas trending. Por ello, esta obra propone así, una decolonialidad no solamente desde la sustentación, sino también en su puesta en escena.
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“La obra narra una breve historia desde dos puntos de vista temporales que se unen por las circunstancias similares de los personajes. Iniciando desde el tope de la obra, se observa una esfera de cerámica con ojos y gotas de agua formando un remolino determinando el origen de la Tierra en sí y el origen del ser humano como espectador de la creación, la evolución y del cambio o juicio de las acciones del ser mismo, determinando así el poder de la humanidad en preservar o destruir la vida terrestre y la ausencia de la solidaridad humana. Luego de la esfera se encuentra una lámina de madera tallada que proviene de un árbol vivo que ahora muerto, fue modificado para la función del ser humano. La naturaleza sirve al ser humano y no al contrario, considerando así dicho comportamiento como egoísta.
En la tabla tallada se aprecian dos lados los cuales narran dos breves historias, en la primera se observa a un Cacique doblegado por la tristeza y la pérdida de la vida en la tierra que lo vio nacer. Como bien se sabe, las culturas precolombinas apreciaban a la naturaleza y la admiraban como una deidad. Las nubes acumuladas encima de él asemejan ese estado de lamento y de melancolía que experimenta el personaje y los cuervos son el recuerdo y el rencor de las heridas que nunca sanan y que perduran (los cuervos nunca olvidan un rostro). Por el otro lado, vemos a los indígenas de la actualidad, encerrados entre grandes estructuras de cemento gris y oscuro, triste y opresor, indiferente a la tristeza de la pérdida de la vida verde en la que los indígenas sobrevivían y que se ha destruido gracias a la globalización y la industrialización. Un árbol casi sintético que se mantiene encerrado en un pequeño espacio como símbolo de lo que fue, de lo que existió y que ya no está. Las indígenas con sus hijos hambrientos y los sueños truncados de obtener la libertad y su redención que culmina solamente cuando partan de este mundo de concreto.
Por último, se aprecia el tejido en macramé que simboliza los hilos de la historia de la vida de los aborígenes, en los cuales inicia con una gran cantidad de lazos y nudos, demostrando la fuerza que poseía la cultura antes de la llegada de los conquistadores y conforme pasa el tiempo, el tejido se va encogiendo y entretejiendo con hilos rojos los cuales representan la huella de sangre que deja a su paso el proceso colonizador para terminar con la casi extinción de la raza indígena, la cual debemos proteger no solamente por cuestiones de respeto pero también por la preservación de la identidad cultural costarricense que se ha perdido gracias a los procesos agresivos del industrialismo y la globalización”
Gustavo Rivera
“Memento”, por Alfonso Ureña Vindas
Videoarte de 32 minutos y 10 segundos, seleccionado con mención honorífica.
El llevar no solamente el tema de la entropía a dar vida en una propuesta artística, sino detenerse y tomarse harto tiempo en la investigación y documentación de todo el proceso; apoyada en un inusual y sorprendente planteamiento conceptual escrito, en una persona tan joven, causa una espasmódica reacción ante el comité de selección, de que dichosamente dentro de esta oferta emergente hay bastante talento, lo que debemos es brindar las oportunidades para su desarrollo.
Muy limpio e intimidante el tripartito visual tan solo en blanco y negro; donde el sonido que acompaña la casi totalidad del video es incómodo y desesperante; que ante la incertidumbre de qué será, de qué pasará, lleva al espectador a adelantarlo, detenerlo, devolverlo, etc., percepciones y emociones muy válidas que marcan la diferencia tan necesaria dentro del mundo del arte.
“La temática del proyecto se centra en la relación entre la entropía y objeto y como esta permite crear una metaforización del concepto de desintegración en consecuencia del tiempo. Entendiendo entropía como el desorden gradual de un cuerpo o espacio a partir de la incertidumbre y factores externos que afecten a estos. Además, se toman elementos del concepto de afecto, ya que permite establecer una idea de cómo un cuerpo puede ser afectado a partir de un entende que externo que motiva este cambio en el individuo.
En cierto modo la costumbre suele argumentar el uso, sin embargo, para este proyecto me he permitido analizar a mayor profundidad como la estética puede aportar para el entendimiento de los elementos del proyecto. El uso de una luz cruda o dura, colocar la cámara como un simple espectador, sin cambiarla o moverla, dejarla grabar durante horas, el alto contraste y la comparación son elementos que me han formado como persona, en cierto modo suelen ser elementos muy duros de digerir lo cual me permite crear una atmósfera sensorial específica en el espectador.
Encontramos tres historias diferentes, sin embargo las tres se encuentra en el plano de imagen al mismo tiempo, en el primer cuadro se encuentra una pila, y una persona lavando una camisa con una impresión de mi rostro de manera obsesiva a tal punto que ya es sin no es lavar la camisa para que se vea limpia, sino que es para quitar mi impresión de esta, en el segundo cuadro se encuentra un reloj recordando el paso del tiempo de una manera muy literal, el reloj remite al memento mori, temprano o tarde todo un ciclo fue cerrado por el paso de ese reloj, en el tercer cuadro encontramos un queque con una impresión de mi rostro, sin embargo en este caso nadie afecta al queque, elementos externos dejado a la suerte en unión al tiempo van a ser los encargados de la desintegración de este.
El tiempo un elemento más de la vida, en cierto punto se vuelve su significado como algo estresante, llevadero, impredecible y desgarrador. El tiempo pasa por todos nosotros, sin embargo, el afecto es lo que permite entender el cambio de éste, no somos lo que eras en un principio, el afecto impredecible es un elemento que afecta diferente a todos. La relación y la coexistencia de elementos es lo que permite a su vez el desgaste de algo para que la entropía cumpla su función, aquí se ponen en evidencia como somos seres independientes, sin embargo, siempre tenemos que responder a normas que van más allá de nuestro poder”
Alfonso Ureña
“Corrección: Playo”, por Alejandro Marín Umaña.
Xilografía y linóleo, seleccionada con mención honorífica.
El joven Marín Umaña mediante su propuesta conceptual escrita es muy claro en darle el carácter de “artista” a uno de los personajes de la pareja que se abraza, llevándonos a una referencia autobiográfica sin contemplaciones, mientras aborda el tema LGTB dentro de esta convocatoria; que lo hace merecedor de este reconocimiento.
Los detalles expuestos de su proceso creativo en esta técnica de estampación como es el grabado en madera – xilografía– y del linóleo de manera conjunta, hacen la comparación entre lo orgánico del taco de madera relacionado con lo íntimo e inocente del sentimiento entre personas del mismo sexo y lo artificial y externo, como el plástico o goma del linóleo en relación con la homofobia internalizada. Y para evitar soslayar aún más su mensaje recurre a los colores de tinta negra y roja, dónde ésta última es la que corrige y desvirtúa como una mala calificación de los educadores de la vieja escuela.
En la escena de la estampa (de por sí sencilla y limpia) se corrige, se transforma… y se separan los cuerpos, se extingue el abrazo cálido por no ser parte de la normalidad dentro de una sociedad ligeramente inclusiva y dónde terminamos con la importancia del nombre de las cosas. Hay también discurso en el simple nombre de la obra compuesto de dos palabras, comillas y dos puntos, donde lo creado, imaginado o vivido es golpeado con violencia inexcusable.
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“La presente estampa forma parte de una serie de xilografías que tratan la temática de la homofobia internalizada. La homofobia internalizada se entiende como “la aceptación de premisas y creencias negativas sobre la homosexualidad por la propia persona homosexual”. La serie consiste en cuatro estampas, basadas en situaciones particulares, en las cuales el fenómeno mencionado, ha causado ansiedad, frustración o vergüenza al autor. La serie busca representar estas situaciones a manera de autorretrato en la técnica de xilografía. La estampa “Corrección: Playo” específicamente muestra el caso en que, personalmente, a causa de la homofobia internalizada, he sentido vergüenza e inseguridad cuando muestro afecto públicamente con mi novio.
En esta situación, el demostrar afecto frente a otras personas genera ansiedad, tras percatarse de la posibilidad de ser observado, juzgado y en el peor de los casos, atacado por los individuos alrededor. La estampa busca representar la presencia de los pensamientos intrusivos por parte de la homofobia internalizada y cómo estos afectan la autenticidad a la hora de relacionarme con mi pareja, conmigo mismo y con mi entorno. Sobre el título, “Corrección” hace referencia a la serie de la que proviene la estampa, la cual representa esta intención correctiva que ocasiona la homofobia internalizada en situaciones que este fenómeno considere “incorrectas”. Por lo que corresponde a “Playo”, hace referencia a un denominativo coloquial utilizado para referirse a las personas homosexuales de manera despectiva y el cual se encuentra cargado por un bagaje de violencia y humillación hacia la persona homosexual.
En cuanto a aspectos técnicos, la xilografía está impresa a dos tintas sobre papel editorial. La estampa base es en madera a tinta negra. En esta primera impresión me puedo identificar con mi pareja demostrando afecto públicamente. Esta base fue hecha en una matriz de madera por la condición natural del material, el cual se puede asociar con la acción genuina de demostrar afecto entre individuos de una pareja. Asimismo, la veta que deja la madera a la hora de imprimirla se puede relacionar con una acción propia con mi pareja, que sale espontáneamente sin ser reprimida. Por otra parte, la segunda capa de la estampa está hecha en linóleo a tinta roja. Esta segunda matriz está hecha en un material de origen artificial, el cual se puede enlazar con la homofobia internalizada, (comportamiento represivo, aprendido del ser humano y que no es inherente al individuo desde que nace). También se utiliza el color rojo para la impresión sobrepuesta para reforzar los sentimientos negativos que genera la homofobia internalizada ante la transgresión del heterosexismo. Además, la sobreposición de la matriz “correctiva” en color rojo sobre el registro en color negro se puede vincular con la acción correctiva en un contexto académico. En este escenario, al estudiante le solicita escribir en tinta negra lo que este piensa para ser evaluado y una figura de poder como el maestro, corrige en tinta roja sobre lo que está incorrecto. Esta lectura también se puede reforzar por la utilización de sellos, por parte de algunos educadores, para corregir documentos académicos y el parecido que tiene el lenguaje xilográfico en el linóleo a estos sellos y el material en que están hechos”
Alejandro Marín.
“No soy Pablo, soy Paula”, por Jesús Fonseca
Óleo sobre tela, seleccionado con mención honorífica.
La violencia intrafamiliar viene a ser el tema de abordaje que tan crudamente nos presenta un joven de 21 años, que retrata una escena cuyos personajes, muy cuidadosamente trabajados son contestes en una caracterización sorprendente, amén de una técnica puntual y satisfactoria.
El agente abusador recae en la figura masculina y jefe de familia que se construye con el tipo grotesco, machista, alcohólico y pervertido, que aplasta la tranquilidad y seguridad de sus deudos, a quienes debería proteger. Dentro de la narrativa conceptual llama la atención el repunte que hace el autor de la contaminación de una doble moral, donde los que acusan y señalan también son esclavos de sus propios conflictos y concepciones. La madre con su rostro a oscuras, silenciada y entronizada en las labores que según algunas comunidades corresponden a la mujer. Un adolescente de mirada perdida y vaga viste un vestido de niña que lo confunde aún más, sin entender las razones de su entorno, del porqué se alimentan y apropian de lo mismo que le reprochan y castigan.
Esta meritoria obra es la disertación y denuncia de un creador que rescata la oportunidad de exponer en una convocatoria historias muy poco contadas, pero tan comunes en algunas sociedades conservadoramente hipócritas.
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“Utilizo la pintura mediante el lenguaje figurativo, como medio para expresar mi inconformismo con “las buenas costumbres”, popularmente entendidas como conductas que al realizarse constantemente se convierten en hábitos, por lo que se ejecutan de manera irreflexiva y que son aceptadas por una población más conservadora, pero considero que en realidad esconden agresión y represión en el núcleo familiar.
La hipocresía que existe en las costumbres tradicionales latinoamericanas, tanto como en el resto del mundo radica en que la sociedad defiende la familia tradicional, donde el padre es el principal proveedor y jerarca del hogar, aun siendo este un alcohólico, machista que se indigna con los temas que se difunden en los noticieros sobre diversidad sexual , pero desea a su hijo en secreto, una madre o esposa, esclava del hogar que estando en la misma posición de represión y abuso, no actúa por miedo, sino que, arremete con el silencio y la indiferencia y un hijo que le toca crecer confundido, al tener sentimientos distintos a los que, le enseñaron son correctos, generándole miedo y rebeldía, esta es la familia tradicional que aun defendemos”
Jesús Fonseca
“Sin título”, por Abril Coghi Brenes
Acrílico sobre tela
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“Mi trabajo busca representar fragmentos de un mundo sutil e imaginario donde sobresalen elementos de la naturaleza. Esta pintura está construida a base de una armonía de colores representativos del mundo natural plasmados en un lienzo.
Es una interpretación de la naturaleza, que ha sido una gran fuente de inspiración para mí, los árboles, el movimiento de las hojas con la brisa, el cantar de las aves junto al suave sonido de un rio corriendo”
Abril Coghi
“Autorretrato II”, por Alex Rojas
Óleo sobre tela
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“La obra en cuestión aborda una de las temáticas más recurrentes, personales y enigmáticas que han visitado los pintores a través de la historia del arte: la autorrepresentación. Se busca con esto generar, tanto un alegato pro individuo (humanista si se quiere), como una reivindicación del oficio del pintor; en épocas deshumanizadas donde se ha narcotizado sistemáticamente con una cruel vulgarización y saturación publicitaria-industrial del color (el cual es precisamente génesis y núcleo del arte pictórico) acicateada ahora por la omnipresencia de la pantalla, que nos priva de un espíritu de contemplación y trocado así por un burdo e imperioso afán consumista de inmediatez.
En una composición dominada por la presencia (paradójicamente oculta) del artista, el pincel apunta desde su interior, como una flecha envenenada arrancada del pecho, hacia un exterior que queda fuera de cuadro, pero que se manifiesta especular en la obra misma. Su color rojo denota pasión, una carga emotiva intensa, casi violenta, que contrasta con la apacible tristeza del modelo y sobre todo la sensibilidad con que ase este.
Precisamente la mano nerviosa pero afinada, adquiere protagonismo al estar en primer plano, además al exponerse contrastada a la fuente de luz, reforzando la idea del acto creativo: la mano cual instrumento mediador de la idea, del mundo mental con la consecuente materialización en el lienzo, como si de una función de prestidigitación se tratase.
En medio de un silencio arrebatador y desolador, el pincel desangra secretos solo a quien sea capaz de mirar más allá de la superficie, de la oscuridad, del encuadre, y sentir, y comprender, cómo la luz devela poco a poco lo esencial, como en un sueño. El personaje aparece envuelto en un difuso fondo azul que rezuma melancolía y evoca parajes nocturnos: una atmósfera fría, solitaria e incluso pesimista. Emergiendo entre sombras predominantemente cálidas, impregnadas de misterio e inquietud, que cubren la parte del rostro más grande y cercana, la mirada introspectiva confronta a su vez al espectador, sosteniéndola con la dignidad que le confiere su oficio y la satisfacción que este le genera: el oficio de la luz, del espacio, del tiempo; pero ante todo de nostalgia, sueños y reflexión”
Alex Rojas
“¿Árbol?”, por César Naranjo Umaña
Arcilla y pintura acrílica
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“Cuando era niño me pregunté, ¿por qué no sembrar monedas así se acabaría la pobreza en el mundo? Claro que para ese momento no sabía que los árboles nada más producían oxígeno y nos daban alimento y que sin ellos no sería posible la vida, vaya poca cosa que nos dan.
Les invito a reflexionar por un momento, imaginen si lo desean, que están perdidos en una isla desierta, y el único tipo de árbol que hay es un árbol de dinero, vaya sorpresa nos daría al ver semejante ejemplar. Nuestra codicia humana pronto nos llevaría de la mano a acumular la mayor cantidad de este preciado fruto…… pero al pasar 3 días cuando nos empecemos a quedar sin agua; ¿cuánto de este dinero cambiaríamos por solo un sorbo?, ¿2 millones? ¿3 millones? ¿Cuánto pagaríamos por volver a escuchar la voz de otro ser humano? ¿Cuánto pagaríamos por una manzana o un mango?
En ese momento volveríamos a ver al cielo y pensaríamos, ¿por qué? Si tan solo hubiera un árbol de manzanas cuan feliz seria, o si solo pudiera cambiar algo de este dinero lo que fuera, por agua o por algún tipo de alimento. Lo cambiaríamos todo.
El resultado, una escultura de un árbol, con este maravilloso fruto antes descrito, alrededor del árbol vemos a dos personas, una de ellas tratando de cocinar una moneda. La otra tratando de entender este árbol tan extraño. Haciendo un choque visual el color plateado tan contrario a lo que vemos en la naturaleza y los frutos de monedas.
¿Cuántas veces en la historia humana nos hemos topado con la codicia y la insensatez de cambiar los preciados recursos naturales por dinero? ¿Cuántas veces más lo tendremos que ver? ¿Cuánto más tendremos que luchar por conservar los recursos naturales?”
César Naranjo
“Plato de Bromacil y naturaleza muerta”, por Diana Camacho Mora
Acrílico sobre tela
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“Apuntes visuales de una Costa Rica ahogada en monocultivos, y desigualdad, entre sus imágenes idealizadas de un país tropical, la invasión de cultivos de Palma africana, piña y banano son parte del paisaje rural naturalizado en muchas zonas de Latinoamérica, todo esto bajo el orgullo de la exportación que sostiene nuestra economía. ¿A costa de qué vamos a seguir ocultando el imaginario de un país hermoso y feliz? ¿Cuántas contradicciones más ocurren debajo de nuestras mesas?”
Diana Camacho
“Up High Above and Beyond”, por Fabián Moreaux
Fashion film
“Finalmente es ese momento. Hemos estado observando quietamente hacia afuera. Viendo la trivialidad del mundo suceder. Estamos arriba, aunque la acción es ahí abajo. ¿Qué toma para dar el salto? ¿Qué se requiere para observar más allá? ¿Hasta donde podemos llegar con nuestro impulso?
La vida es un sinfín de saltos. Todos los días traen consigo saltos, todos son definitivos. El momento es ahora”
Fabián Moreaux
“Parque finca #63”, por Gabriel García Jiménez
Acrílico sobre tela
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“En la parte temática y conceptual de mi proceso creativo, una experiencia en mi trabajo como docente, que abrió mis panoramas de análisis social, educativo, artístico, ha sido mi experiencia de trabajo en la zona de Talamanca, he obtenido variedad de obras producto de este contexto.
En la imagen pictórica de acrílico sobre madera de formato horizontal, vemos un adolescente con uniforme deportivo lanzado desde una larga distancia un racimo de dos plátanos hacia un aro de básquet. Mantengo una sobriedad de los elementos figurativos sobre un espacio blanco, donde interactúan dinámicamente.
Esta pintura llego a mi imaginación por una clase que tuve en el 2016 con la generación de 5to año del Liceo de Sixaola de Talamanca, donde hablamos de la incorporación universitaria, se dieron variedad de comentarios, incluso desanimo por las dificultades, porque la mayoría no iba a seguir estudiando, lo tomaron con humor y sarcasmo, cometarios como “mi universidad va a ser la bananera”, “yo me voy a hacer de un hombre para que me mantenga”, “voy a ser narcotraficante”. Esto despertó muchas alertas y preocupaciones con este grupo y con las generaciones que están antes, y empecé a ver que lo que decían era verdad, muchas jóvenes embarazadas, como un “enganche” de compromiso económico, participación de estudiantes en tráfico de drogas y licores en las frontera con Panamá, y una falta de motivación desde la casa para el estudio es muy evidente, los padres prefieren que sus hijos recolecten banano, porque no hay plata, una zona pobre, ya que hay poca variedad y plazas de empleos, la movilización es lenta, no hay universidades si no hasta casi 200 kilómetros la más cercana.
Descubrí aislamiento, despreocupación, negación, resignación, esfuerzos, lagrimas con estos estudiantes en muy poco tiempo, por conocer realmente como es una opción difícil hacer una carrera, lo que para alguien del valle central de nuestro país, incluso con bajos recursos tienes muchas opciones para lógralo, no se comparan a las bajas oportunidades de esta zona rural, para un país pequeño, un cuestionamiento a la centralización. Una característica excepcional que tiene los estudiantes de Talamanca, son sus habilidades deportivas, baile, canto, creatividad, música, con la motivación de profesoras/es y actores sociales, y el deseo de superación han funcionado para lograr becas en universidades.
Para intentar reflejar ese aislamiento de oportunidades, lejanía, esfuerzo; escogí la idea del básquet, variado con plátanos en lugar del balón, además de un tiro a larga distancia; siempre me gustaba verlos jugando en una cancha “rustica” la finca #63, equipos mixtos en edades y género, también, dada sus descendencias afro, indígenas y occidentales, se identifican mucho con estilos de música urbanos por lo que era muy común que usaran “descuidadamente” tenis deportivas sin amarrar, camisas de básquet de gran tamaño, para ir a jugar después de clases bajo el fuerte sol de Sixaola, incluso los vi bajo la lluvia, siempre habían ganas”
Gabriel García Jiménez
“La naturaleza reclama”, por Laura Yalí Borge Torres
Ensamble de metal y piedra
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“Mi objetivo era utilizar el espacio como elemento fundamental en la escultura, a través de las posiciones de los volúmenes en relación con su entorno, a fin de proporcionar una experiencia perceptual.
Me baso en el concepto de la degradación del material para volver a la naturaleza y su acción irrevocable. Que por más que se intente someter a la naturaleza, ella incansablemente hallará la forma de seguir desarrollándose. Cualquier grieta en edificios, automóviles o en construcciones abandonadas, es ocupada rápidamente por su acción. No importan los territorios que abarque el ser humano, al final la naturaleza terminará reclamando su espacio.
Los planos metálicos con formas orgánicas los asocio a la naturaleza, a la degradación y a su acción transformadora del material. Esto debido a que, simbólicamente, el metal comparte esa cualidad transformadora con la naturaleza. Representa el reclamo de su espacio adhiriéndose a un edificio con la intención de degradarlo y así transformarlo. Irá tomando fragmentos de este, quebrando así su fuerza hasta devorarlo por completo.
Las pequeñas piedras ensambladas al metal se pueden interpretar como dichos fragmentos que se están tomando del edificio. La piedra entera simboliza la unidad y la fuerza; la piedra rota en muchos fragmentos,
el desmembramiento, la muerte y la derrota. En la obra, se interpreta como una derrota de la creación del ser humano y de este contra la naturaleza.
Además, las piedras están pulidas en algunos planos, y en otros se deja la piedra en bruto, esto porque la piedra labrada no es en efecto más que obra humana; simboliza la acción humana que substituye a la energía creadora. El lado pulido de las piedras representa justamente esa obra humana, que está siendo degradada por la naturaleza para volver a su estado en bruto, a la perfección del estado primordial.
Las tres piezas de esta composición escultórica están dispuestas para colocarse de manera fija en un rincón de un edificio. Pero ¿por qué en ese espacio? Como parte del concepto que ya se ha venido trabajando, se sabe que cualquier grieta en edificios, automóviles o en construcciones abandonadas, es ocupada rápidamente por su acción. Por esos espacios aislados: los rincones, es que la naturaleza comenzaría a desarrollarse.
Más allá de solo la representación, la obra también presenta su concepto, ya que realmente la naturaleza actúa sobre ella. Al estar planeada para encontrarse sin la protección de anticorrosivos, la obra interactuará con el espacio que la rodea de manera que la naturaleza la irá degradando. Esto debido a agentes tales como el agua, el aire, los cambios de temperatura, o incluso diferentes organismos como bacterias o justamente hongos.
Se ve verdaderamente en la obra esa acción de la fuerza de la naturaleza: la escultura se irá oxidando y corroyendo hasta que en un futuro no quede nada de ella. Sin embargo, esa lenta muerte no busca mostrar un aspecto de destrucción, sino uno de transformación y generación de vida. En el proceso de degradación de la obra se podrán apreciar, en los metales llenos de herrumbre, las bellezas de la materia. Los colores en la herrumbre generan un placer estético, de manera que la mirada va a correr por encima de estos y los verá como el producto de un colorismo encendido, donde la herrumbre dibuja por sí misma”
Laura Yalí Borge Torres
“Adentros”, por Nathalia Méndez García
Sangre menstrual sobre vidrio
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“La obra nace de la necesidad de la exploración personal, tanto física como emocional. Se gesta en espacios de reflexión y autoconocimiento. Siendo estos espacios precisamente puntos de partida para una exploración constante con cada obra manifestada, una exploración que nunca concluye.
Lo íntimo, la sexualidad y la corporalidad con sus tantas maneras de ser y existir surgen en estos espacios para ser cuestionados o comprendidos. Se deconstruyen valores o condiciones asimiladas en una sociedad evidentemente patriarcal. Y me es importante o más bien urgente expresar con mi cuerpo y sus vivencias. Y aunque hay etapas en donde mis manos no produzcan, en mis adentros lo hago”
Nathalia Méndez García
La exposición Persona Joven 2020 como forma de repensar los procesos de arte joven contemporáneo
Un barrido analítico por las obras permite encontrar preocupaciones sobre los derechos humanos de los grupos en vulnerabilidad social -como la población LGTBIQ, los pueblos originarios, la persona adulta mayor y las mujeres-, derechos ambientales, así como reflexiones introspectivas sobre el contexto. Estas temáticas de relevancia para su tiempo y espacio, de arte con propósito de transformación social, unas concentradas más en la sustentación y otras más en la ejecución, reflejan de lleno una generación con intereses en realizar acciones de concientización a través de sus propuestas artísticas.
Asimismo, desde el grabado hasta el videoarte, pasando por la pintura, la escultura, la instalación y el fotodocumental, esta muestra recoge una variedad de obras haciendo un escaneo de las técnicas con las que los artistas jóvenes están experimentando dentro de la amplitud de las artes visuales.
Estos resultados de la convocatoria, tanto en relación con las técnicas visuales como con los contenidos, permiten realizar cuestionamientos sobre lo que se considera como arte contemporáneo. ¿Qué es más contemporáneo que jóvenes nacidos entre el 86 y el 2000 haciendo crítica social y artivismo? ¿Cuáles son los parámetros con los que se mide el nivel de contemporaneidad dentro del arte? ¿Es esta muestra de la Persona Joven 2020 una exposición de arte contemporáneo? Éstas y muchas más interrogantes, se recogen y se exhiben a través cada obra expuesta para suscitar nuevas formas de pensar el arte joven.
Asimismo, el proceso de convocatoria abierta de temática abierta para posterior selección con el cual se conformó la muestra se distancia también de las prácticas curatoriales recientes de trabajar a partir de la exploración individual de la escena. De esta manera, reúne 13 obras ejecutadas por 13 diferentes artistas, destaca 5 obras que merecen especial atención, así como descarta muchas obras que no hallaron lugar en la exposición por diferentes motivos. Con esto, el presente proyecto de exposición también refleja sus intenciones de ser un ejercicio abierto de profesionalización y de disminución de barreras para un sector específico de la escena artística local.
Si bien los términos “abierto”, “barreras”, “joven” y “contemporáneo” son conceptos sujetos a grandes dilemas y discusiones, satisface reconocer que los nombres hallados en esta exposición son nombres frescos en la escena artística costarricense. Así, con ello, se pone sobre la mesa de discusión perspectivas artísticas y de contenidos que quizá han pasado desapercibidas por las autoridades validadoras del arte joven; razón y justificación particular sobre la cual se basa parte del origen de la convocatoria.
Iris Lam Chen
Curadora
Gestora cultural Centro Cultural de España
Comité de selección conformado por:
– Elizabeth Barquero, directora de la Galería Nacional
– Ricardo Alfieri, ex-director Museo de Arte Costarricense
– Ricardo Ramón Jarne, director del Centro Cultural de España
Organizamos con:
Organizamos con el Museo Municipal de Carago y la Municipalidad de Cartago
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