La esperanza de Gioconda Belli en su libro “Un silencio lleno de murmullos”

Elizabeth Lang

La noche del miércoles 5 de febrero, el patio de nuestro centro estaba lleno de una audiencia entusiasmada por escuchar a la reconocida escritora, poeta y ensayista nicaragüense Gioconda Belli. Las personas esperaban alegremente poder compartir un rato con ella para escuchar sus experiencias de vida como una de las escritoras más importantes de Latinoamérica y aprender sobre su último libro “Un silencio lleno de murmullos”.

La presentación del libro fue organizada por el centro y la Librería Internacional y moderado por el periodista costarricense Walter Campos, quien comenzó la noche asombrado dando una introducción de lujo de la escritora.

“Desde muy joven participó en el movimiento revolucionario que derrocó a Anastasio Somoza en 1979. Por sus posiciones críticas al gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, fue despojada de su nacionalidad y confiscados sus bienes en 2023”, dijo Campos. “El gobierno de España le otorgó nacionalidad en 2024. Fue ganadora del premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2023”.

Es autora de nueve libros de poemas y cuenta con distintos premios prestigiosos de poesía como el Mariano Fiallos Gil, Generación del 27, Ciudad de Melilla, el Casa de América en Cuba y el Jaime Gil de Biedma. Fue galardonada con el premio a la mejor novela política del año en Alemania en 1989. Fue finalista de Los Angeles Times Book Prize en 2001 y cuenta con más galardones. Actualmente reside en Madrid.

Después de la gran introducción de Campos, Belli mencionó que Costa Rica fue su hogar por tres años en su primer exilio bajo la dictadura de Anastasio Somoza. Agradeció por el espacio para hablar de su nueva novela, pero decidió empezar la noche recitando un poema llamado “La madre de mis hijas”.

El poema retrató un poco el resentimiento que hay entre la madre e hija en su libro «Un silencio lleno de murmullos». Quería inicialmente reflexionar sobre ese resentimiento para luego hablar de la novela.

“La novela es una construcción bien interesante porque uno va tejiendo una historia que no es cierta. Es ficticia, pero que al mismo tiempo expresa los demonios que uno tiene adentro o las grandes alegrías también”, dijo Belli. “No solamente los demonios, pero es una manera también de compartir. De compartir la condición humana. De compartir lo que somos. De compartir lo que sufrimos”.

Para Belli, es una novela humana donde una mujer quería darlo todo por la patria con un gran idealismo que luego la lleva a enfrentarse con varios retos. Es una novela que reflexiona sobre la experiencia en Nicaragua sin ser una autobiografía de Belli.

La bandera de Nicaragua

Aunque la novela no relata la historia de Belli, ella le comentó a la audiencia que ella es la bandera de Nicaragua.

“Yo creo que los ciudadanos de un país que hemos tenido una vida consecuente, que hemos tratado de hacer las cosas bien. Yo en particular, porque he sido despojada de mi nacionalidad, de mi pasaporte, de mi bandera, de todo”, dijo Belli. “Yo digo: yo soy Nicaragua. Yo soy la bandera. Yo llevo ese país en mi corazón. Nicaragua es tan chiquito que es un país portátil. Lo ando conmigo por todos lados”.

Nadie le puede quitar Nicaragua y eso lo dejó claro en la televisión española.

“Cuando me quitaron mi nacionalidad me dio tanta rabia. Me llamaron de la televisión española para entrevistarme. Yo le digo: por favor alístenme una cámara porque yo voy a hacer un acto que ustedes quieren ver”, dijo Belli. “Llegué con mi pasaporte y un par de tijeras. Ahí en cámara rompí el pasaporte de Nicaragua. Le digo: este pasaporte. Este documento no me hace ni ser nicaragüense”.

Ella es nicaragüense y el día que termine la tiranía de Ortega, Belli va a estar en sus libros como una escritora nicaragüense. Para ella es ridículo pensar que un político le puede “quitar” a alguien la nacionalidad simplemente con una orden y un papel. Quitarle todo lo que es, lo que piensa, lo que sueña y el cariño que siente por su patria.

“Ya no lo vas a tener porque ya sos nicaragüense. Nos borraron. No existimos. Mi hermano, mi hijo, yo y 94 personas más en un decreto. Nos declaraban traidoras a la patria. Que atentábamos contra la integridad nacional. Nos quitaban la nacionalidad y todos nuestros bienes”, dijo Belli.

Esa fue una experiencia dura e injusta para Belli. Algo cruel. Vivir en el exilio implica muchas dificultades. A Belli le quitaron su casa y su pensión de jubilación. Perdió todo, pero su resiliencia y amor por la vida no le permitieron perder su espíritu y fortaleza de pelear por lo que realmente le importa. No permitió que tampoco perdiera su orgullo por su querida Nicaragua.

Le comentó a la audiencia que le parece sumamente interesante que el héroe de Nicaragua es un poeta.

“El héroe que Nicaragua ama por encima de todos los colores políticos es Rubén Darío y me parece lindo que un país tenga un héroe que es un poeta”, dijo Belli.

Eso la conecta profundamente con su propia escritura que retrata una Nicaragua que sufre por regímenes autoritarios. Retrata también personajes lidiando con los retos que se enfrenta una mujer al militar en contra de una dictadura y lo que eso implica para su hija.

“[El personaje de] Penélope es como lo que yo imaginaba. Como darles a mis hijas el reconocimiento. Al final del libro hay un reconocimiento a todos los hijos de gente como yo y como mucha otra gente que se ha enamorado de una causa y que se ha entregado”, dijo Belli.

También es una reflexión de las diferencias entre un hombre y una mujer a la hora de entregarse a una causa como lo hizo Belli.

“Los hombres se van a la política. Se van a la guerra. Nadie cuestiona que lo hagan. Nadie. Son héroes maravillosos. Que una mujer lo haga, ahí son otros cien pesos. La mujer ya pasa a ser una cosa extraña que dejaste a tus hijos”, dijo Belli.

Es una cosa extraña que para Belli tiene mucho sentido y que va de la mano con sus creencias. Le comentó a la audiencia que a partir de cierto momento la mujer quiso ocupar un lugar en el mundo. Quiso tener una posición donde su vida y su potencial se expandan y se realicen. Esto lo dijo basándose en lo que Aristóteles decía. Que el sentido de la vida de cada persona es realizar su potencial. Que cada persona viene al mundo para hacer todo lo que pueda. Todo lo que esté en su capacidad.

La escritura de esperanza

Por eso ella busca por medio de su escritura comunicar ese mensaje de esperanza. Un mensaje que cree que es más importante que nunca en el tiempo en el que vivimos. Campos le preguntó a Belli por una breve lectura del momento que estamos atravesando.

Ella pausadamente dijo que es un tiempo muy oscuro e incierto, pero un momento donde la esperanza no se puede perder. No es una opción para la humanidad en este contexto.

“La esperanza nos motiva. Nos mueve. Nos hace defender nuestro ser, nuestras creencias, y nuestro espacio. Nos van a tratar de hacer que perdamos la esperanza”, Belli dijo. “Yo creo que el mayor peligro que tenemos en estos momentos es sentirnos impotentes. Que no podemos hacer nada frente a estas fuerzas que se están alineando de una manera que no es muy beneficiosa para nuestra humanidad”.

Como ejemplo de la crueldad y falta de comprensión hacia la humanidad, mencionó las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump diciendo que tiene intenciones de convertir Gaza en la Riviera de Oriente Medio y el cierre de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo (USAID).

“La USAID ha sostenido la sociedad civil en América Latina por muchísimos años. De repente les dicen, se acabó. Se acabó y se acabaron las ONG. Sin un estudio. Sin un análisis. Eso es un poco como lo que he visto yo en Nicaragua”, dijo Belli. “La crueldad de no pensar en lo que significa para la vida de la gente. Es la falta de compasión, pero nosotros tenemos el deber de no perder la esperanza”.

Esa esperanza de la que habla Belli implica un trabajo de tiempo completo. Es una esperanza que tiene porque va a hacer que las cosas pasen. Es una esperanza donde ella cree en sí misma y su capacidad como ser humano de oponerse. Algo que ha hecho toda su vida porque nada ni nadie la detienen y por eso es el claro ejemplo de que la esperanza – con mucho trabajo por detrás – puede cambiar el mundo de manera positiva.

La esperanza que le compartió a la audiencia está presente de muchas distintas maneras en su escritura. Desde su entendimiento de sí misma y de Nicaragua como fuertes ejemplos del mito de Sísifo hasta su poder como mujer. Belli le explicó a la audiencia del mito. De cómo Sísifo había sido castigado por Zeus por ser un gran bandido. Su castigo era subir una roca hasta la cima. La roca se le cae y persiste.

Belli mencionó el ensayo “El mito de Sísifo” del escritor francés Alberto Camus. Este habla de cómo llega un momento en que Sísifo decide volver a empujar la roca como un acto de rebeldía. Ya no se va a sentir castigado. Lo va a hacer por alegría y rebeldía.

Belli se siente así.

“La condición humana es que vos subís la roca y se te vuelve a caer. La condición humana nicaragüense está retratada así. Ese mito me encanta porque yo sí me siento como Sísifo”, dijo Belli. “Yo voy a subir la piedra cuantas veces sean necesarias por el resto de mi vida y de eso se trata la esperanza. No podemos ceder. No podemos claudicar”.

Luego, una mujer joven en el público le pidió consejos a Belli para saber cómo evitar que pase algo así de complicado a nivel político como le sucedió a la escritora.

Belli suspiró y tomó una pausa para contestar.

Le respondió a la joven mujer que quisiera poder decirle que eso no le va a pasar, pero es difícil porque estamos en un mundo bien complicado. Que hay que estar atentas a las señales de cuándo se va perdiendo el estado de derecho, la ley se va menospreciando y cuando se empiezan a hacer cosas que tienen que ver con intereses personales y no los de un país.

Fue muy enfática en un simple consejo.

“Yo lo que digo a la gente joven: no tengan miedo. Una de las emociones que van en detrimento de nuestra humanidad y de nuestro futuro es el miedo. El miedo nos limita a nuestra acción”, Belli dijo.

Belli comentó que ella pasó mucho tiempo de su vida peleándose con el miedo. Se dio cuenta que para poder hacer algo era crucial romper el miedo. Ser desafiante. Si se es mujer, hay que ser todavía más desafiante y valiente.

“Estamos en un mundo cada vez…mire, que hemos avanzado un montón y ahora hay toda una ola dónde están hablando de la masculinidad agresiva”, dijo Belli. “El hombre nos tiene miedo desafortunadamente porque no sabe todo lo bueno que se está perdiendo”.

Las mujeres desafiantes han utilizado el feminismo como una herramienta para tomar conciencia de las desventajas que tenían en la sociedad. Sin embargo, Belli no consigue el feminismo sin los hombres porque ellos tienen que ser parte del cambio para tener una sociedad más igualitaria y más feliz.

Eso se ve reflejado en su escritura porque para ella es importante escribir obras que cuentan el mundo desde la mirada femenina, pero que también son novelas universales. Es parte de su escritura de esperanza que viene de una vida llena de experiencias sumamente complejas que la han posicionado a nivel global como una de las escritoras más importantes de Latinoamérica. Ella es una mujer escritora en avanzado estado de juventud que busca contagiar a su audiencia con esa vida y alegría que transmite con solo su presencia.

“La alegría la tengo porque siempre he pensado que solo estar vivo es un privilegio para nosotros. Si nos ponemos a pensar en lo que significó que cada uno de nosotros en esta sala esté vivo”, dijo Belli. “Realmente es una sala tan enorme. Hay tantos óvulos y tantos espermatozoides, y que haya sido esa mezcla. Es tremendo. Es una maravilla”.

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