Sobre lxs facilitadorxs:
Magui Dávila:
Vive y trabaja en Madrid, donde coordina la editorial independiente Las Lindas Pobres (laslindaspobres.tumblr.com) y trabaja en producción y programación en la escena de la música electrónica, como también para el sello Semántica Records. Ha comisariado el programa Picnic Sessions del CA2M en 2016, 2017 y 2018. Colabora en la producción de imagen para el festival “she makes noise” de La Casa Encendida y es parte del grupo de performance net-out. Es Licenciada en Artes Visuales por la Universidad Nacional de San Juan, Argentina. Actualmente realiza el Doctorado en Estudios Artísticos, Literarios y de la Cultura en la UAM, con un proyecto que provisoriamente se llama: “Sonidos distópicos: del techno detroit a las primeras raves en Europa. Música electrónica y resistencia 1980 – 1992”.
Pablo Martínez:
Trabaja como Jefe de Programas en el MACBA. Dirige la colección de ensayo et al. co-editada por la editorial Arcadia y el MACBA. Entre sus principales líneas de investigación se encuentran el trabajo educativo con el cuerpo, así como la investigación acerca de la capacidad de las imágenes en la producción de subjetividad política. Ha sido Responsable de Educación y Actividades Públicas del CA2M (2009-2016) y profesor asociado de Historia del Arte Contemporáneo en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid (2011-2015) Previo a esto trabajó en el departamento de educación del Museo Reina Sofía (2004-2009). Es secretario de redacción de la revista de investigación Re-visiones y forma parte del grupo de investigación y acción sobre educación, arte y prácticas culturales Las Lindes. Ha coeditado junto a Yayo Aznar la publicación Arte actual. Lecturas para un espectador inquieto (CA2M, 2011) y ha editado No sabíamos lo que hacíamos. Lecturas para una educación situada. (CA2M, 2017).
Salir de casa implica muchas veces temer dónde despertar, es siempre un salir a buscar, emprender un viaje para “vestirse de mundos posibles, bajo la mirada de los otros“. Y eso es casi lo que hicimos en esta residencia, en esa aventura de salir a buscar sonar, al encuentro mundos posibles desde los oídos de otros. El paisaje ha sido la construcción visual por excelencia de los viajeros, de la pintura occidental, pero en este proyecto la música concreta abrió el libro y nos llevó a su ritmo.
Desde el primer día el taller fue nuestra casa, la Casa era nuestra casa. El equipo de trabajo con el que nos encontramos superó nuestra imaginación, la autoayuda desde temprano cada mañana, el mate con los enfermos del estómago, por sobre todo desde el primer momento estaban allí un montón de amigos esperando para hacer un fanzine que sonara. La incomodidad compartida durante horas rompió sin dudas, no solo el fetichismo que este taller tenía a priori, sino qué amplificó la capacidad de escucha. Como si quien ejerce contenidos hoy no vino.
A continuación os dejamos algunas imágenes de esta maravillosa aventura, de las visitas a estudios que nos han llenado de ideas, el taller en la UCR, y nuestra super fiesta de cierre con tantos artistas que vinieron a compartir. Deseando volver pronto, gracias a Salva, Casa Caníbal y a su gran equipo por hacer esto posible.
Sobre la Residencia: