Fecha
29 de mayo de 2025
Cuando José Campos – mejor conocido como Studio Lenca – era un niño en El Salvador, tuvo que huir de la guerra civil en la década de los ochentas en su país con su familia. Hicieron la travesía complicada por tierra en busca de una mejor vida y mejores oportunidades en California, Estados Unidos. Ahí vivió como una persona inmigrante indocumentada y durante su niñez ayudaba a su madre a limpiar casas.
Actualmente, Lenca crea su arte desde su estudio en el Reino Unido, pero desde que tiene memoria siempre supo que era artista. Él dice que el arte lo escogió. Es su manera de entender su lugar en el mundo y la vida. Es eso que viene desde lo más profundo de su ser, más allá de llevar cursos que le enseñen diferentes técnicas para crear.
“Yo creo que el arte es una conversación. Es un punto de vista. Mi trabajo realmente surge de mis experiencias como persona indocumentada. Mi experiencia de tener que huir del país donde nací”, dijo Lenca. “Estoy tratando de explorar dónde pertenezco. Estoy tratando de explorar las estructuras de poder y cómo el arte puede subvertirlas. También veo mi trabajo como un tipo de resistencia política”.
El arte le ha permitido a Lenca encontrarle un sentido a las experiencias difíciles que ha vivido. Es una disciplina que le cambió la etiqueta de persona inmigrante indocumentada a artista. Le permitió traspasar muchos límites sociales, políticos y personales. Poder pensar de manera crítica e interactuar de distinta manera con el mundo.
Se define como uno artista multidisciplinario porque su práctica artística empezó con el performance, ya que estudió danza en el estudio de Alonzo King en San Francisco. Ese fue el primer momento en su vida en que se sintió artista y donde estaba utilizando su cuerpo como medio artístico. En esos tiempos en que era bailarín, estaba practicando ballet y danza contemporánea. En esa formalidad de la danza se encontró con una inquietud personal.
“Yo sentía que tenía más que decir que expresar el trabajo de los coreógrafos. Yo pensé: la verdad es que yo también tengo algo que decir”, dijo Lenca. “Tuve este gran profesor llamado Alonzo King, que tiene una compañía de ballet en San Francisco. Él realmente cultivaba la voz artística junto a las destrezas. Yo sentí que me dieron la oportunidad de expresarme”.
Al encontrar su voz expresiva, Lenca empezó a hacer videos y obras de arte en sitios específicos. Todo eso se fue dando naturalmente y lentamente, se fue desapegando de la categoría de bailarín para crear sus obras en diferentes espacios, pero dice que su arte se siente como bailar. Siempre está bailando con óleos y acrílicos en la superficie de sus lienzos. Está bailando con otras personas cuando trabaja con distintas comunidades.
El baile está tan presente en su arte multidisciplinar, que hasta las figuras que pinta están inspirados en la danza tradicional de El Salvador. Estos personajes son parte de su serie llamada “Los Historiantes”.
“Los historiantes son bailarines de El Salvador. Cuando yo estaba estudiando ballet, estaba interesado en la danza de El Salvador. Estaba aprendiendo todos estos estilos diferentes y pensé: si aprendo sobre los bailes de El Salvador, voy a aprender de mí mismo”, dijo Lenca. “Eso es bastante importante porque yo me tuve que ir de dónde soy. Estaba tratando de encontrar una parte de mí en lo que estaba haciendo”.
Por eso empezó a pintar figuras que se parecían a los historiantes salvadoreños. Estos personajes usan sombreros grandes y trajes coloridos, pero lentamente se convirtieron en una metáfora en la vida de Lenca. Para él son un símbolo que representan personas bailando y corriendo simultáneamente.
Estas figuras podían hacer ambas acciones al mismo tiempo. Era su representación del momento cuando estudiaba danza. Estaba indocumentado. Estaba escondiéndose. Estaba corriendo con un secreto oscuro.
“Pero al mismo tiempo, me estaban celebrando en el estudio o el escenario. Me estaban viendo y tenía que esconderme”, dijo Lenca. “Mis figuras parecen que están corriendo por la frontera o saltando por el escenario”.
“Los Historiantes” corren y saltan en busca de la libertad. Por medio de colores vibrantes, brillantes y fuertes, estos personajes llenos de vida, capturan la atención de la audiencia inmediatamente. No hay manera de perdérselos. Sus miradas, sus vestuarios llamativos y sus sombreros grandes atraen al público.
Es parte del proceso por el que Lenca pasa. Juega con los colores porque estos le generan sensaciones fuertes. Puede empezar con un azul y luego mezclarlo con verde. La selección de sus paletas de color se trata de estar presente y realmente sentir la situación del momento. Es como bailar o hacer música. Está respondiendo a una acción.
Escoge colores alegres porque estos tienen poder. Son sus colaboradores y le dan energía. Le gustan mucho las paletas pasteles, pero últimamente se siente muy rojo por el poder que este tono transmite. Es parte de su amor por colores brillantes que le sirven para visibilizar su historia.
“Mi historia es una historia fuerte y creo que el color es una manera de decir: yo ya no soy eso y estoy aquí. Véanme”, dijo Lenca.
Además del color, Lenca retrata distintos elementos en las obras de “Los Historiantes” porque son bailarines tradicionales salvadoreños que han pasado por mucho. Son personas resilientes y mantienen sus tradiciones vivas. Dependiendo de dónde los pinte Lenca, la historia que cuentan es diferente. Si están en una cobija es porque se trata del hogar.
Cuando están con un marco antiguo es porque están hablando de la historia. De quién falta en la historia porque las prácticas de los historiantes salvadoreños se pasan a otras generaciones de manera oral.
“Cuando yo voy al Museo Británico, no los veo en las paredes. Así que pinto encima de estos marcos antiguos y pienso: tal vez la historia no es bonita”, dijo Lenca. “Es tan desordenada que se está derramando a través de estas fronteras”.
Estas figuras de “Los Historiantes” viajan por el mundo, ya sean expuestas en exhibiciones en museos y galerías o siendo compradas por celebridades como el actor chileno estadounidense Pedro Pascal. Estas obras de arte hablan de la inmigración desde la experiencia vivida por Lenca a lo largo de su vida.
La inmigración es el tema base del arte alegre y colorido de Lenca. La pinta en estas figuras o la retrata con las comunidades de personas inmigrantes con las que trabaja. Su proyecto “Rutas” es el que muestra la documentación de los viajes de personas de Latinoamérica hacia Estados Unidos.
“Yo quería hacer este proyecto porque yo sé que hasta en mi propia familia es difícil hablar de estas travesías. A veces es muy traumático”, dijo Lenca. “Pensé que con la pintura podría ser una manera más suave de crear visibilidad y de humanizar la experiencia”.
Por eso, fue a la Ciudad de México a trabajar con una organización llamada Albergue Tochan, la cual apoya personas inmigrantes que están a punto de cruzar a Estados Unidos. En esa organización hizo varios talleres donde invitó a las personas que vivían en el albergue a ir a su estudio a pintar.
Hablaron mucho en ese tiempo, lo cual le ayudó bastante a la hora de crear porque todo el proyecto se trató de construir relaciones humanas. Comían y pintaban en comunidad. Además del trabajo que hizo en Ciudad de México, también replicó el proyecto en Brooklyn, Nueva York. Ahí trabajó con otra organización llamada Mixteca.
En esa ocasión, las historias de las personas inmigrantes trataban de cuando ya habían hecho la travesía a Estados Unidos. Para Lenca eso fue muy importante porque podía contar las historias de estas personas de manera más integral. Incluían el antes y después del camino de la inmigración.
“Esencialmente, se trata de humanizar estas diferentes rutas. En este momento, hay mucha presión en la frontera de Estados Unidos y mucho diálogo público sobre qué es, pero solo tenemos un lado de la historia”, dijo Lenca. “Nunca tenemos el otro lado de la historia”.
Las pinturas del proyecto “Rutas” fueron exhibidas en el 2024 en LA TRIENAL de El Museo del Barrio en Nueva York y eso fue de mucha alegría para Lenca. Las obras fueron vistas por muchas personas. Lenca comentó que muchos niños y niñas que cruzaron la frontera las vieron y que probablemente se identificaron con las piezas. Que pueden decir que no están solos y que no sienten que tienen un secreto porque hay pinturas que hablan de sus experiencias colgadas en las paredes de un museo.
Tanto “Rutas” como la serie de “Los Historiantes” son parte del arte colorido y alegre de Lenca que reflexionan sobre la inmigración. Es arte cautivante que habla sobre cómo este fenómeno complicado y doloroso desplazó a Lenca. Lo sacudieron y lo dejaron pensar críticamente de si situación. De su vida.
Es arte que le permitió darle una voz a las historias de las personas atraviesan las dificultades de inmigrar de países con situaciones sociales, políticas y económicas sumamente complejas.
Es parte de su necesidad de traer al público historias positivas de inmigrantes que pueden afectar las decisiones políticas. Es arte que busca retratar la alegría por medio de las contribuciones de inmigrantes en otros países. Es arte que él crea para personas que, por una u otra razón, no se sienten vistas o escuchadas.
“Cuando trabajo con otras personas, no quiero decir: ah, ¿me puedes compartir tu historia de una manera traumática? También, centrar la alegría es importante para las personas inmigrantes”, dijo Lenca. “Porque, personalmente, yo ya tuve suficiente oscuridad. El opuesto de la oscuridad es el color y la alegría”.
Lenca ha encontrado que al compartir su historia con otras personas, esta se vuelve universal y se convierte en una manera de dejar entrar a los demás por medio de la vulnerabilidad. Si se comparten estas historias que humanizan la experiencia de la inmigración, Lenca cree que se da la empatía y se puede ver toda la situación desde una perspectiva humana.
Uno de los momentos en que se dio cuenta de eso, fue cuando hizo la instalación “Water Finds a Way” (El agua encuentra un camino). Llenó una sala de cine en San Salvador, El Salvador con 686 botellas de un galón de agua. Ese número y estadística de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) del as Naciones Unidas, representaba la cantidad de personas que fallecieron o desaparecieron en la frontera de Estados Unidos con México en el 2022.
“Cuando ves todas esas botellas de agua en un espacio, te das cuenta: necesito el agua para vivir. Estas personas necesitan un lugar seguro para vivir”, dijo Lenca. “Esto humaniza la situación. Así podemos tener empatía y conectar con ello”.
Esta profunda empatía que Lenca lleva en su ser, se transmite por la conexión humana que su arte colorido y alegre genera. Es parte de sus ganas de querer mostrarle al mundo su lugar en este planeta como artista.
“Nunca pensé que iba a ser artista. Siempre me sentí como artista, pero no sabía qué era serlo todos los días. Cuando vivía en San Francisco, yo no iba a los museos porque había que pagar y nadie me llevaba. Yo estaba enfocado en sobrevivir”, dijo Lenca. “Ahora me siento tan bendecido. Me siento tan afortunado de contar mis historias y de trabajar con otras personas para contar sus historias. Creo que es un gran privilegio”.
Para aprender más del arte colorido y alegre de Studio Lenca, pueden seguirlo en Instagram como @studiolenca. Esta historia es parte de nuestra columna El Parlante. Es uno de los múltiples artistas que no está participando directamente con el Centro Cultural de España en Costa Rica, pero quisimos contar su historia de cómo está creando arte y cultura extraordinaria en Iberoamérica.
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