Fecha
11 de septiembre de 2025
En la PARTE I aprendimos cómo Nannette Mariela García ilustra mundos mágicos. Ahora, vamos a adentrarnos en cómo ella ilustra Puerto Rico. Recordemos que una de las ilustraciones mágicas que García hizo fue la invitación del baby shower del director creativo puertorriqueño Janthony Oliveras – quien es el director creativo de Bad Bunny – y su pareja, la influencer puertorriqueña Londra Miracles.
Esa invitación fue la pieza emblemática que la llevó a ilustrar a Puerto Rico. Fue la pieza que la hizo crear una de las ilustraciones más grandes de su carrera: el afiche de la Residencia de Bad Bunny en Puerto Rico. Este afiche se convirtió en un arte icónico de la cultura popular puertorriqueña y latinoamericana.
Es una gran obra maestra que definiría visualmente el proyecto de Bad Bunny, el cual nunca se había hecho en Puerto Rico. La residencia musical con el nombre de “No me quiero ir de aquí” promociona su álbum «DeBÍ TiRAR MáS FOToS» y ha tenido como sede el Coliseo de Puerto Rico, José Miguel Agrelot, mejor conocido como el Choliseo, desde el 11 de julio hasta el 14 de setiembre.
“A ellos les encantó y a los meses me dijeron: mira, nos encantó la invitación del baby shower. Creemos que tú nos podrías hacer el poster de la Residencia basado en la misma composición que hiciste ya para la invitación del baby shower”, dijo García. “Pero el tema es obviamente Puerto Rico. Así que la jerarquía de la información y todo es bastante similar a la invitación del baby shower”.
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Le dijeron que necesitaban el afiche listo en dos semanas.
“Y yo: ok. O sea, no le puedes decir que no a Bad Bunny. Esto es una oportunidad como once in a lifetime [una vez en la vida]. Como que who knows [quién sabe] si esto se vuelva a repetir. Como que: diablos, yo no sé cómo yo voy a hacer dos proyectos”, dijo García. “No había manera, pero, pues, le puse prioridad al de Bad Bunny porque era algo que no iba a dormir por dos semanas”.
En efecto no durmió mucho. Sus vacaciones no fueron vacaciones porque estaba concentrada en el trabajo. Se despertaba a las siete de la mañana y trabajaba hasta las cuatro de la mañana. Dormía dos o tres horas y repetía el proceso. Su mejor amiga en Nueva York le preparaba el desayuno y el almuerzo. Para la cena, salían a algún sitio y regresaba a trabajar.
Igual, el día de la boda de su prima en Filadelfia, estuvo presente y le tomó un par de fotos. Su familia no entendía por qué no podía quedarse más tiempo en la fiesta para celebrar.
“Y yo: ya pasó la boda. Estuve aquí. Estuve horas. Yo los amo, yo los adoro, pero tú no entiendes. Yo tengo que entregar esto y no dije nada porque también había firmado un NDA [acuerdo de confidencialidad]”, dijo García.
Ni su familia ni sus amistades sabían lo que García estaba haciendo por toda la confidencialidad del proyecto. Ella no solo estaba trabajando el afiche creativamente, sino que simultáneamente llevaba un proceso legal con el abogado del cantante. Mientras tanto, le enviaba todas las ilustraciones a Oliveras para aprobación.
Todo el proceso se trató sobre ilustrar a Puerto Rico. Sobre entender visualmente qué es lo que hace a Puerto Rico, Puerto Rico. Sobre ella visitando sus experiencias personales del pasado creciendo en la isla para poder ilustrar a partir de ello. Tenía que dibujar y pintar esos elementos que le hablaran del ser puertorriqueña o boricua.
Por eso hay elementos tan cruciales. Salen personas jugando dominó. Está el carrito de piraguas (un postre con hielo raspado cubierto con sirope de frutas o como se les conoce aquí en Costa Rica, un granizado). Hay unos cocos con un machete en referencia al movimiento independentista de Puerto Rico y las personas que siguen luchando por la independencia de la isla, ya que es una colonia moderna de Estados Unidos.
Hay un stand de viandas (tubérculos). Está el helado local de coco parcha piña. Sale la guagua (el carro) y el parque nacional El Yunque de fondo. Hay cotorras puertorriqueñas y dos gallos. Aparece un cuatro, que es un instrumento musical de cuatro cuerdas utilizado en ritmos folclóricos, acompañado de una conga. También hay café boricua.
Salen muchos elementos típicos y nativos en la composición maximalista clásica de García. El fondo es inspirado en los pisos de losa hidráulica tradicional de allá.
“Yo dije: qué tal si en vez de hacer el terrazo, hacemos entonces una losa criolla que también es bien icónica aquí en Puerto Rico y se ve mucho en las casas. Aquí se produjo la losa hidráulica desde los 1910, 1920, hasta los 70”, dijo García. “So, hay un montón de casas que aún persisten en Puerto Rico que aún tienen la losa y esa es una de mis favoritas. Yo sueño comprar una casa con losa de aquí puertorriqueña”.
Para esta losa, García buscó patrones ya existentes e hizo la ilustración basada en esos colores. Oliveras quedó satisfecho con la propuesta y la aprobó. La losa es parte de la estética característica de García donde los marcos juegan un rol esencial, pero fue el marco más arriesgado que ha creado. Siente que le agregan la calidad old school o vieja escuela que ella siempre busca crear.
Además del fondo, García tenía que agregar a la composición el Choliseo, un avión en referencia a las personas viajando a Puerto Rico para ver a Bad Bunny y una tipografía distintiva. El Choliseo le presentaba cierto reto a nivel de estética porque no calzaba con el resto de los elementos del afiche.
Pero como siempre, García recurrió a su imaginación sin límites, para resolver el problema visualmente.
“Entonces, ahí estaba reunida con él [Janthony] en una casita y había como los platitos de abuelitas. Como que las abuelas siempre tienen los platos de, qué sé yo. De las navidades del 2004 o 1970”, dijo García, riéndose. “En casa era de los reyes magos y 1976. Algo así. No sé. Se me ocurrió: qué tal si hacemos un plato del Choli. Como que el Choli ilustrado dentro del plato y que diga Puerto Rico”.
Además de todos los elementos autóctonos de Puerto Rico, García se dio la tarea de crear tipografías personalizadas desde cero para la frase “No me quiero ir de aquí”. Se inspiró en las letras de los discos de salsa de antes. Inicialmente, la tipografía para el “No me quiero ir de aquí” la había pintado en tonos de amarillo y rojo, pero las editó digitalmente en rojo y azul claro. Para que así fuera en referencia a la bandera puertorriqueña.
Lo digitalizó dejando un marco en blanco para que se despegara del fondo. Como si fuera una calcomanía y la tipografía del “Bad Bunny” fue diseñada por su amigo y el diseñador gráfico puertorriqueño, Hernán Ayala. Todos esos elementos juntos hacen armoniosamente la composición maximalista de la ilustración mágica característica de García.
La ilustración de Puerto Rico en este afiche específico representa la memoria y la contemporaneidad de la isla caribeña. Representa también el mensaje de un sentimiento común en Puerto Rico: “no me quiero ir de aquí”. García mencionó que se refiere al hecho de muchos puertorriqueños se han tenido que ir de la isla porque no hay suficientes oportunidades. Porque están buscando hacer una vida balanceada ahí y no pueden.
“Vivir aquí no es tan fácil. El salario mínimo es menos que en los Estados Unidos. Tienes que trabajar más horas. Entonces, la renta sigue subiendo porque siguen llegando [extranjeros]. Siguen haciendo leyes para los americanos [para] venir aquí y no pagar impuestos”, dijo García. “Aquí no tienes las mismas oportunidades de empleo y de poder coger préstamos porque les ofrecen a los americanos [estadounidenses] todo y entonces, el boricua se queda sin nada”.
El ”No me quiero ir de aquí” habla de la herida por la pérdida de las tierras y lo que le pertenece a los boricuas. Habla de la gentrificación, el cual es un problema social que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) define como “un proceso de renovación y reconstrucción urbana acompañado por la llegada de personas de clase media o alta que suele generar el desplazamiento de los habitantes más pobres de las zonas intervenidas”.
El ”No me quiero ir de aquí” habla de un problema grave no solo en Puerto Rico, sino que en toda Latinoamérica y es un tema que a García le duele.
“Ahora todo es por meterse esos chavos [dinero] en los bolsillos y como que se joda la naturaleza y el patrimonio del país para el resto de las generaciones. Como que, qué importa y eso me duele”, dijo García. “Yo creo como que el hecho de que el poster diga ‘No me quiero ir de aquí’, es continuar defendiendo las tierras”.
Ella tampoco considera que es un tema nuevo porque lleva mucho rato sucediendo tanto en Puerto Rico como en Latinoamérica. Es bien difícil para García porque a veces siente que no es capaz de nada. Se cuestiona cómo va a luchar contra el monstruo gigante. Se cuestiona quién es ella para luchar así porque siente que tiene una voz pequeña.
Pero también se da cuenta que a través de los años, todavía existen personas que continúan luchando por su libertad, su soberanía, su palabra y su cultura.
“Que se puede perder y eso sí que asusta. Como lo que le pasó a Hawái. Que ha perdido su cultura mayormente. Es un estado. So, el hecho de que tengamos un artista de este calibre que ahora está en la lista de artistas que más álbumes ha vendido”, dijo García. “O sea, de la historia mundial. Esto es un momento histórico representativo de la cultura puertorriqueña y es con música popular. Porque él utiliza la tradición. Es la primera vez que un álbum de salsa, bomba y plena llega tan lejos”.
Y para García es un honor haber dado ese granito de arena al trabajar la representación visual puertorriqueña con un movimiento y artista que ha logrado tanto por Puerto Rico. Tampoco es la primera vez que García ilustra orgullosamente a su isla. Ha trabajado en otros proyectos como las camisas para Café Colmado y Dosis Café en colaboración con la marca de ropa puertorriqueña Details Matter y la campaña con la marca de whisky Johnnie Walker.
Con Café Colmado, Dosis Café y Details Matter la colaboración se dio porque Café Colmado iba a tener un evento pop up en su local en Nueva York. Iban a llevar a Dosis Café desde Santurce, Puerto Rico y Details Matter iba a hacer las camisas. Le escribieron a García y fue un trabajo de crear, nuevamente, las tipografías desde cero.
Dibujó las letras. Las pintó con bolígrafo negro. Le tomó fotos y las vectorizó en la computadora. Jugó con los colores e hizo que todo fuera en referencia a la cultura puertorriqueña. Hizo todo en azul cielo y rojo como la bandera. Pidió que la camisa fuera blanca para atar los tres colores patrios.
Además de los colores, la frase de “aquí se habla español” tiene un carga cultural bastante importante. No solo porque representa que quienes trabajan en Café Colmado hablan el idioma, sino porque también es un acto de incluir a la población latina que sigue creciendo en Estados Unidos y que ahora está en peligro.
“Como que por la política. Por todas estas redadas de [Donald] Trump tratando de sacar a extranjeros de Estados Unidos. Esta gente se merece que hablen por ellos”, dijo García. “El español no solo identifica a los latinos de Estados Unidos, sino que es representativo de toda Latinoamérica y había que ponerlo. Yo lo encontré bastante icónico. Eso tiene que ir ahí. Yo lo voy a hacer”.
Lo tenía que hacer porque el mensaje de “aquí se habla español” tiene la misma importancia que el “no me quiero ir de aquí”. Es parte trascendental de su arte de ilustrar a Puerto Rico. Es parte de su amor profundo por la isla que es su hogar, que también se refleja en las ilustraciones que hizo para la campaña de Johnnie Walker.
Alrededor de un mes después de que salió el afiche de la Residencia de Bad Bunny, la compañía internacional de whiskey le escribió para plantearle la colaboración. Querían artes representativos de la cultura puertorriqueña.
“Yo dije lo mismo: vamos a hacer un quiosquito, pero al quiosquito va a ser como un chinchorro. Que es lo que se le dice aquí dónde la gente va a beber y janguear”, dijo García, riéndose. “Que es bastante endémico. La gente se va en guaguas escolares en las navidades de chinchorro en chinchorro como que bebiendo todo el día”.
Entonces, García ilustró el chinchorro. Le agregó personas que representaran a los Nuyoricans, que son boricuas nacidos y criados en Nueva York. Agregó a puertorriqueños de la isla que representaran la generación de sus padres, pero también a personas de su generación y menores.
Pintó a todas las personas bailando, tocando algún instrumento o cantando. Agregó una lámpara tradicional y un carrito en referencia a los carritos de piraguas, pero con cocos adentro que tienen el trago “Bad Johnnie”. Pintó la botella tradicional de whiskey y al famoso Johnnie Walker, pero al estilo puertorriqueño.
“Al don lo pude hacer de dos maneras. Como tipo jíbaro con la pava y también como medio dandy. So, hay algunas que él sale caminando y tiene como vestido como un dandy y con una gardenia aquí”, dijo García. “Entonces, como que tiene su sombrerito y su bastón tradicional más puertorriqueño”.
Se enfocó en mostrar a Puerto Rico al igual que con el afiche de la Residencia. Tanto la campaña de Johnnie Walker como el afiche, terminaron impresos en vallas publicitarias gigantes por todas partes en la isla. García no se esperaba que su arte trascendiera de esa manera. No esperaba que se convirtiera en una pieza de arte de la cultura popular.
Fue surreal para ella y a veces no se lo cree todavía, pero todo tiene sentido porque su arte se trata de ver hacia adentro y retratar su cultura puertorriqueña. Pero también, de una u otra manera, inspirarse de su cultura tica – o costarricense – porque uno de sus abuelos era de Costa Rica.
“Cuando voy a crear arte, mi mayor inspiración es Puerto Rico, pero sí lo ato a veces con Costa Rica. Siendo los dos ricos. Como que siempre decía: ay, pues rica de Costa Rica y rico de Puerto Rico también. So, siempre lo he hablado de esa manera”, dijo García, riéndose. “Probablemente, si me hubiera criado en Costa Rica, estaría creando cosas similares porque el entorno es similar y la cultura tiene sus similitudes”.
La mezcla de la rica y el rico aparece de manera sutil en su arte a veces. Las carretas tradicionales de los bueyes pintadas a mano en Costa Rica han inspirado algunas de sus piezas. Le sirven para los marcos. Las flores y los patrones de los colores vívidos siempre le han llamado la atención.
Se ata con su búsqueda por traer lo tradicional a lo contemporáneo en su arte de la ilustración. Es parte de su necesidad de celebrar y rescatar las tradiciones culturales.
“Entonces, como que también tengo inspiración de ahí. De esas carretas porque las he utilizado”, dijo García. “Siempre me han gustado pictóricamente. Así visual. Son brillantes en colores y muy bonitas”.
Es parte de su arte donde está resurgiendo la añoranza por las tradiciones de su cultura y de sus ancestros. Es parte de su arte pintado con acuarelas que crea mundos mágicos e ilustra a Puerto Rico espléndidamente. También es parte de un arte que le causa mucho orgullo como artista, diseñadora gráfica e ilustradora boricua al poder representar al Caribe y a Latinoamérica en un momento sumamente importante.
Es arte que trascendió en la cultura popular de la región y el mundo sin ella esperárselo de alguna forma. Es arte que le trajo muchos momentos surreales y la emociona bastante.
“Me da un sentido de que lo logré. Que la gente que me ha apoyado, me continúa apoyando. Ha sido bien bonito llegar a un entendimiento que con el arte, yo puedo hacer cosas que son importantes culturalmente”, dijo García. “Siempre es un reto, en realidad. Como que hago un proyecto y digo: no, el próximo tiene que estar más cabrón. Tiene que estar mejor”.
Para aprender más de cómo García ilustra a Puerto Rico, pueden seguirla en Instagram como @nannette.mariela. Ella es una de las múltiples artistas que no está participando directamente con el Centro Cultural de España en Costa Rica, pero quisimos contar su historia de cómo está creando arte y cultura extraordinaria en Iberoamérica.
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