Fecha
24 de julio de 2025
Sebastián Caberera Chelín tiene vagos recuerdos de niño a los cuatro o cinco años de edad. Su padre lo recogía de la escuela y lo llevaba a un set de cine. Tiene esas memorias vivas donde se quedaba en el set toda una tarde entera con su padre, quien es productor de televisión, y sus tíos, que son productores, directores de arte y directores de fotografía.
El director de fotografía y artista dominicano, mejor conocido como Chelín, dijo que es un privilegio haber nacido y crecido en ese mundo. De cierto modo, su destino ya estaba escrito desde la infancia. El cine, la fotografía y el arte corren en su sangre. Además de criarse en ese mundo con su padre y sus tíos, su madre es arquitecta. Siempre estuvo alrededor de personas que dibujaban y filmaban.
“Innatamente, está todo. Creé y desarrollé un criterio artístico, que en un momento yo pinté grafiti y también pintaba, pero lo fui canalizando hacia la fotografía como hobby”, dijo Chelín. “Que, ahora mismo, yo me dedico a la fotografía no solamente como hobby, sino que es mi práctica diaria de expresión. Incluso, hasta es terapéutico”.
Esa concepción actual de la fotografía como algo terapéutico y expresivo, es algo que Chelín ha estado construyendo poco a poco con el pasar del tiempo. Cuando tenía 16 años, su padre le dio el mejor regalo de la vida: una computadora. Su papá le enseñó a editar y gracias a ello, se quedó editando videos profesionalmente por ocho años.
Ahí comenzó a tener ciertas frustraciones con el material que le entregaban para editar. Faltaban tomas para lograr una mejor edición. En esos momentos, se le despertó cierta necesidad y curiosidad de explorar cómo resolver esos problemas. Empezó una búsqueda para entrar al departamento de cámaras en sets.
Ya tenía cierto conocimiento en filmación porque desde niño venía haciendo sus proyectos personales con cámaras pequeñas y con la Panasonic P2 que su padre le prestaba. Les hacía videos musicales a las bandas de sus amigos. También tenía un colectivo con sus amistades donde hacían videos, cortometrajes y cualquier cosa que se le ocurriera.
“Que salimos de grupos de amigos que íbamos filmando con una camarita pa arriba y pa abajo. Incluso, después cuando salen las cámaras DSLR en 2010, 2009, por ahí, que sale la 7D y la 5D Canon”, dijo Chelín. “Nosotros empezamos ya a grabar con una mayor facilidad. La cantidad de contenido que hacíamos era gigante”.
Durante esa exploración, Chelín se dio cuenta que quería estar en el set para siempre, pero eso implicaba hacer un demo reel. Quería llevarle el reel a una productora para que lo contrataran como director de fotografía. En ese momento hacía videos de skate (patinaje) y surf. Estaba enfocado en el estilo de vida playero dominicano de sus amigos disfrutando la vida, pero cuando entregó el demo reel se topó con un problema.
El director de la productora le dijo que tenía excelentes imágenes y lo felicitaba, pero que ellos se dedicaban a hacer videos musicales y comerciales de televisión. Le dijo que hiciera un video musical de verdad y un comercial de televisión para que aplicara nuevamente.
“Y mala mía, verdad”, dijo Chelín riéndose. “Y yo me acuerdo. Yo me fui y ahorré un dinero. Alquilé un camión de luces y empecé a filmar con cosas que me inventaba con mi demo reel y con eso fue que yo pude conseguir trabajo como director de foto”.
Ahí empezó la aventura de Chelín como director de fotografía, un título que dice que le llegó con el tiempo. No fue algo que hizo adrede. Es algo que se fue dando, poco a poco, y que lo ha llevado a la cima del mundo cinematográfico.
Antes de alcanzar esa cima, Chelín empezó estudiando formalmente Bellas Artes, pero después se graduó de Publicidad en la Universidad APEC en República Dominicana y nunca ejerció la carrera. También hizo una certificación en post producción y dirección de fotografía en la Escuela de Diseño Altos de Chavón.
Para él es muy ambiguo estudiar arte porque piensa que hay que ser autodidacta para crear un estilo propio. Para poder entender cómo ser un camaleón a la hora de interpretar las ideas de los demás. Se conecta directamente con cómo ve la vida, cómo se expresa y sus ganas de crear constantemente de manera intensa siempre dando el ciento cincuenta por ciento.
Por eso, en su práctica artística autodidacta ha encontrado tres elementos que definen su arte: la gente, la afrocaribeñidad y las relaciones humanas. Esta majestuosa combinación lo ha llevado a trabajar en 18 largometrajes galardonados localmente e internacionalmente, alrededor de mil videos musicales y probablemente más de doscientos mil comerciales de televisión.
Aparte de esa gran cantidad de producciones a tan corta edad, también ha tenido la dicha de trabajar en videos musicales con una gran variedad artistas como Travis Scott, John Legend, Bad Bunny, Juan Luis Guerra, Aitana, Natti Natasha, Myke Towers, Arcángel, El Alfa, Eladio Carrión, Rauw Alejandro, Juanes, RaiNao, Young Miko y más.
Llegar a las grandes ligas le tomó entre diez y quince años para así poder entender claramente su rol como director de fotógrafo. Sabe que es como un oráculo del set. Comprende que todas las preguntas siempre terminan en el director de foto.
Por eso, las relaciones humanas juegan un rol trascendental en su quehacer artístico, ya sea en el proceso de crear o lo que se plasma en la pantalla.
“El director de foto, la mayoría de las veces, es como ese sabio que está bien callado pensando. Siendo muy diplomático. Que muy pocas veces se pelea y escucha mucho”, dijo Chelín. “Debe saber su técnica y tener criterio. Todo lo que tenga que ver con la fotografía y la observación, pero debe de ser editor. Si tú estás filmando algo que no va a cortar con el plano que ya tú filmaste, entonces vas a filmar en vano. El director de foto es la persona que mueve el set en conjunto con el asistente de dirección”.
Se considera a sí mismo como un catalizador que hace que las cosas sucedan. Esa capacidad de canalizar información para la creación del cine se ve reflejada en su trabajo como director de fotografía en los videos musicales “Yosemite” de Travis Scott con Gunna, “Canción Desaparecida” de Juanes con Mabiland y “Tentretiene” de RaiNao.
En todas estas piezas, la gente, la afrocaribeñidad y las relaciones humanas están retratadas claramente. También está presente la pasión de Chelín por mostrar poblaciones vulnerables, lo cual es parte de su propósito de vida de dejar el mundo mejor de lo que lo encontró.
“Cuando uno va buscando a la gente, uno empieza a contar sus historias y su cultura. Desde mi punto de vista, obviamente. Nunca me meto en su punto de vista y eso hace que tenga esa diversidad”, dijo Chelín. “Uno empieza a sentirse identificado con historias, culturas y naciones que, de alguna u otra forma, se vuelven inspiradoras. Yo me convierto en un catalizador de contar esa historia, cultura o de exponenciarlas”.
Para Chelín, mostrar esas historias y culturas está fuertemente conectado con su “adicción” por los barrios donde siempre encuentra a la vulnerabilidad y alegría juntas. Son lugares donde el trato humano respetuoso está muy presente.
También son lugares donde Chelín está buscando esa grieta o brecha que le brinda mucho valor a las historias y a sus conexiones profundas con otras personas. Se consume en esos lugares donde sabe que puede encontrar a la gente rara e interesante para entablar una relación humana real que después queda capturada en sus fotografías o videos. Va a comunidades vulnerables que usualmente son retratadas como peligrosas, pero ahí siempre encuentra a las mejores personas e historias.
“Es que donde está el peligro, es donde está la historia”, dijo Chelín.
Y es que sabe que donde está la vulnerabilidad, también está la historia. Para el video musical de “Yosemite” de Travis Scott con Gunna esto es muy obvio. Esta pieza, Chelín la trabajó con el reconocido y famoso director de cine y fotógrafo estadounidense Nabil Elderkin. Se conocieron por su amigo en común Iván Herrera, ya que Herrera recomendó a Chelín como director de fotografía a Elderkin.
Fue un proceso muy orgánico donde Chelín y Elderkin iban a la playa en República Dominicana a trabajar para hacer las preparaciones, armar el video y buscar locaciones. Era un proceso muy de camaradería donde también viajaron a Los Ángeles a filmar las escenas donde salen Travis Scott y Gunna.
En el video se une el viaje entre Los Ángeles y República Dominicana de manera sutil. A nivel conceptual, cuenta la historia de Scott fumando y luego teniendo un viaje espiritual donde su encuentra con él mismo como niño jugando en un parque de diversiones en el medio del Caribe.
“Este recuento de él cuando era niño, quizás se está acordando de su motherland [madre tierra], que es África. Quizás evocando esa cultura africana y esa autenticidad de donde él viene”, dijo Chelín. “Es esta mezcla de trip moderno, pero yendo a su niño interior que está jugando en este parque de diversiones. Que tiene a sus ancestros al lado de él que lo van siguiendo o la van observando. Como que: no te olvides de dónde tú vienes”.
Es la re conexión interior de Scott con mucha naturaleza dominicana de fondo. Una naturaleza que Chelín buscó para mostrar lo hermoso que es filmar en su país natal y paralelamente honrando su afrocaribeñidad.
Este elemento primordial de su arte, mezclado con la gente y las relaciones personales, también aparecen en el video musical “Canción Desaparecida” de Juanes con Mabiland. En esa ocasión, el director puertorriqueño Kacho López fue quien llamó a Chelín para colaborar como director de fotografía en la pieza.
La fuerte tremenda obra de arte, que es un statement político conceptualizado por Juanes, habla sobre las desapariciones forzadas y los femicidios en Colombia.
“Es una crítica social que obviamente se sabe que viene de la mano de personas que tienen poder y dio conocimiento también de lo que está pasando”, dijo Chelín. “Así como el paramilitar que aparece ahí no dice nada y sabe, entiendo que pa nosotros es importante en el cine decir: hey, esto está pasando. Nadie está diciendo nada y todo se sabe, pero todo el mundo se queda callado. Entonces, esto tiene que saberse”.
Tiene que saberse y el video lo deja muy claro con datos del Informe Final de la Comisión de la Verdad que evidenciaron que entre 1985 y el 2016 fueron reportadas 121,768 personas desaparecidas en Colombia. De acuerdo a la Comisión de la Verdad, JEP y el Grupo de Análisis de Datos de Derechos Humanos, la cifra de desaparición forzada en Colombia puede superar las 210,000 víctimas. Y también, la desaparición forzada es considerada un crimen de lesa humanidad por la Corte Penal Internacional.
Ya que este es un problema social que no solo afecta a Colombia, sino que a toda Latinoamérica, Chelín participa en estos proyectos audiovisuales porque es algo con lo que se siente identificado y quiere aportar su granito de arena.
“Yo siento que todas las problemáticas hay que abordarlas y el arte es una manera bastante elegante y masiva para abordarlo”, dijo Chelín.
Además de querer ayudar a crear un mundo mejor por medio del cine y el arte, Chelín también recordó con mucho cariño la experiencia de trabajar directamente con un artista tan humano como Juanes. Fue una oportunidad de gran aprendizaje que disfrutó mucho por la conexión profunda que hizo con el cantante colombiano.
Las relaciones humanas siempre están presente de una u otra forma en el arte maravilloso de Chelín. En el video musical “Tentretiene” de la artista puertorriqueña RaiNao está todavía más clara dicha temática.
Primero, se nota en la amistad tan cercana que Chelín y ella tienen. Segundo, se ve reflejada de manera literal en el video cuando aparece la pregunta “¿qué sacrificarías por amor?” y tercero, se ve retratada visualmente una relación entre RaiNao y otra chica.
El pequeño videoclip es una muestra de Chelín y RaiNao viajando entre Puerto Rico y República Dominicana. Para ello, Chelín utilizó múltiples formatos de cámara: cámara de foto análoga, video digital, el teléfono y una GoPro. Él mismo dirigió, produjo y editó el video. Al tener casi que el control completo creativo de la pieza, en dos semanas ya tenía la obra terminada.
En ese proceso de edición, se dio cuenta que tenía 48 horas de material, lo cual describió como una locura dónde aprendió mucho y su interés profundo por las relaciones humanas fue muy evidente.
“Yo creo que yo estoy obsesionado con la capacidad que tiene el ser humano de enamorarse. La capacidad que eso nos lleva de por qué eso nace en el ser humano y es para crear. Así mismo, la capacidad que el ser humano tiene de enamorarse del mismo género”, dijo Chelín. “Del otro género. Una loquera que eso es pa mí y yo me he obsesionado mucho con la unión entre seres humanos. Yo observo mucho eso y me interesa mucho”.
Por eso, la historia que pasa en “Tentretiene” era muy importante para él. Es una narrativa basada en la realidad de RaiNao, pero Chelín dio el paso extra de cambiar algunos personajes. En vez de un hombre con la puertorriqueña, decidió poner una mujer en la pantalla. Además, es un video musical que se amarra con el resto de los bichoalizers o videoclips del álbum “Capicú” de RaiNao, donde Chelín hizo sus sueños realidad durante una de las experiencias que más lo ha definido a nivel profesional.
“Pa mí ha sido uno de los procesos de aprendizaje más contundentes en mi carrera. Yo tengo varios hitos históricos que me han marcado mucho en mi carrera”, dijo Chelín. “Hacer todos estos videos, que fueron once o doce videos de Capicú, pa mí fue uno de los procesos más enriquecedores y más retadores para mi carrera completa”.
Estén atentos la próxima semana para la PARTE II en donde exploraremos cómo Chelín hizo sus sueños realidad con los bichoalizers del álbum “Capicú” de RaiNao.
Para aprender más del cine que Sebastián Cabrera Chelín crea a partir de las relaciones humanas, pueden seguirlo en Instagram como @cchelin. Él es uno de los múltiples artistas que no está participando directamente con el Centro Cultural de España en Costa Rica, pero quisimos contar su historia de cómo está creando arte y cultura extraordinaria en Iberoamérica.
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