La magia de la música colorida de Little Jesus

Elizabeth Lang

Fecha

25 de septiembre de 2025

Santiago Casillas fingía que tocaba la batería de algunas canciones populares cuando era muy bebé. Luego, le entraron las ganas y la curiosidad por empezar a tocar la guitarra. Era algo instintivo que no tenía mucha explicación ni razonamiento. También, sus papás siempre estaban escuchando música de todo tipo y eso tuvo una fuerte influencia en él.

La música le llamaba mucho la atención desde que tiene uso de la razón y quería aprender a tocar las canciones que escuchaba de otros artistas. Conforme fue pasando el tiempo, el vocalista y artista mexicano, se fue metiendo cada vez más en la música. Se fue a estudiar la carrera de Music, Production, and Engineering (música, producción e ingeniería) en el Berklee College of Music.

“Estaba estudiando en una escuela en Boston en Massachussets, Estados Unidos que se llama Berklee. Me salí porque empecé mi banda y le empezó a ir bien y dije: adiós”, recordó Casillas, riéndose.

Empezó la banda de rock Little Jesus a finales del 2012. Mientras estudiaba, había creado un par de canciones y le dieron ganas de tocarlas en vivo. En unas vacaciones de vuelta en la Ciudad de México, reclutó a amigos que sabía que tocaban bien y que no se conocían entre ellos.

Lo amigos que no se conocían y se llevaron muy bien son el bajista Carlos Medina, el guitarrista Fernando Bueno, el baterista Truco Sánchez Rucobo y el tecladista Arturo Vázquez-Vela. Desde ese momento, Casillas mencionó que supieron que querían hacer música por mucho tiempo.

“Yo creo que fue cien por ciento instintivo. Nos gustaba mucho la música y queríamos tocarla con amigos y después de ensayar, pues, queríamos enseñarles las canciones a más personas”, dijo Casillas. “Simplemente, nos dejamos llevar así por instinto. Nunca hubo como un plan”.

Nunca hubo un plan porque para Casillas la música la comprende como decoraciones del tiempo. Es este tipo de arte al que le da una imagen auditiva con los sonidos y que también le da forma al tiempo. Como si el tiempo estuviese ahí, le echa un polvito mágico y eso hace que las personas puedan percibirla.

También entiende la música como un arte para darle más belleza a la vida. Donde pueden expresarse como banda de la manera que creen correcta dependiendo de cómo se sienten. La música es ese arte donde pueden crear algo en un espacio donde no había una expresión previa. Con esa concepción tan abstracta de la música y el arte, es fácil entender la magia de su música colorida.

La magia y el color están muy vivos en su banda de rock porque están experimentando musicalmente todo el tiempo. No se cierran a nada y crean música que es sumamente inmersiva y sensorial para la audiencia.

Pero para poder consumirnos en el mundo de Little Jesus, hay que entender su proceso para crear canciones, álbumes y la experiencia de sus conciertos

Crear canciones

Casillas dijo que cada quién tiene su propio proceso para crear una canción y que, dependiendo de la canción, este va cambiando. Lo primero para él siempre va a ser intentarlo. Si agarra un instrumento sin la misión de hacer una canción, es muy difícil que salga la pieza. Por eso toma algún instrumento musical o un sample e intenta hacer una canción.

“Y empezar a cantar cualquier cosa, algo activa en el cerebro. Como que, si agarras una guitarra y empiezas a hacer: [balbucea cantando]. El decir cosas sin sentido hace que, poco a poco, hace que se vayan convirtiendo en palabras de verdad”, dijo Casillas.

Una vez que lo intenta, después decora la canción. Recurre a su técnica de situar las piezas musicales en escenas de una película. Cuando ya siente que se está formando la estructura de la canción, trata de imaginarse adónde en la película va a estar. Eso le permite saber si necesita utilizar un sintetizador análogo, una caja de ritmos de la época de la película que se imagina, una guitarra con chorus o si la voz requiere cierto reverb.

Cuando tiene seleccionados los instrumentos, sonidos y ritmos que quiere explorar, va construyendo la canción a partir de la imagen visual que creó en su mente. En cuanto a las letras, el proceso varía. A veces las letras de Little Jesus suenan como si Casillas estuviese hablando de manera poética y literaria directamente con quien esté escuchando su música, pero este proceso lírico también depende mucho de la canción.

“A veces se me ocurre una frase que me gusta y la adapto a un instrumental o a veces, como te dije hace rato, le hago: [balbucea cantando] y eso solito me hace que me llegue una palabra que, pues, puedo insertar ahí con las mismas palabras y de ahí me voy con el tema”, dijo Casillas. “A veces me imagino una historia y también la voy adaptando”.

A veces se imagina una historia que resulta en canciones sumamente narrativas y que transportan al público a otro espacio. Crean imágenes porque a Casillas le gusta mucho que sus fans puedan sentir esa sensación cuando escuchan su música. Le gusta que se genere la misma experiencia de cuando lee un libro. Para lograr eso, le resulta muy fácil situar a su público en un lugar para que se puedan transportar a nuevos mundos.

Esas experiencias sensoriales e inmersivas están muy presentes en las canciones “La Magia”, “Cabras” y “El Final Del Juego” de Little Jesus. “La Magia” sucedió casi que por arte de magia. Fue muy natural para Casillas. Quería hacer una canción, agarró una guitarra y empezó a soltar frases sin pensar nada. En algún momento se le ocurrió la gran frase “ese trabajo te va a matar” y a partir de ahí construyó el resto de la canción.

“Ya después de que la terminé, traté de ponerme en personaje de producción y encontré una referencia más estilo Rod Stewart vieja escuela que me gustaba y ya seguí. Usé los elementos necesarios para eso”, dijo Casillas.

Luego, con “Cabras”, que es una colaboración con la poeta mexicana Jimena González, mezcló a la perfección la música colorida de Little Jesus con los versos descriptivos de González. Para esa canción, Casillas estaba haciendo un instrumental que quería que le sonara más como a The Smiths.

Tenía la música, pero le estaba costando trabajo ponerle la melodía. Después, un día sin querer, se topó con el trabajo de González. La invitó a su casa para explicarle lo que estaba tratando de hacer. Platicaron o hablaron del espíritu de la canción. Ella se fue y una semana después regresó donde Casillas con toda la letra escrita.

Él solo le sugirió que hubiese un tema recurrente en la canción que funcionara de gancho. Como una especie de coro y que ella hiciera lo que quisiera.

“Ella hizo toda la letra en una semana. La grabamos y siento que quedó increíble”, dijo Casillas.

La mezcla entre los instrumentales y la letra de esta canción es una experiencia sensorial y diferente donde la música suena como si fuese el acompañante de los versos de González que cuentan una historia profunda. Pero recordemos que la música de Little Jesus siempre busca narrar algo – o tal vez – hacer al público reflexionar sobre la vida.

A pensar que “para nacer hay que llorar”. Que “para vivir hay que crear” y que “para crear hay que empezar libre”. Estas son frases reflexivas que Casillas canta al principio de la canción “El Final Del Juego”. Esta pieza le encanta porque la música parece estar muy alegre, pero la letra habla de un momento de transición. Habla sobre una persona que está en un momento donde no hay vuelta atrás y la letra describe el día en que eso sucede.

“Tiene un instrumental que siento que es muy emocionante. Para mí, por lo menos, en el que no hay música, pero siento que cada elemento entra”, dijo Casillas. “Es como si fuera el final de una película en el que presentan a cada personaje y me gustó mucho como quedó”.

Los álbumes de película

Así como las canciones se crean como un elemento de cine, los álbumes de Little Jesus funcionan como si fuesen una película. Para eso, Casillas tiene que darse cuenta que está en modo de álbum. Empieza a levantar sus antenas y está más presente en su día a día para inspirarse de cualquier cosa que esté a su alrededor para sacar un tema del álbum.

Una vez que tiene el tema, lo primero que hace es nombrar el disco. Incluso antes de la música. Cuando el nombre está decidido, regresa a su técnica de la imaginación de películas.

“Ya que nombré el álbum, yo siento que ese es el nombre de la película y defino justo qué imagen. Dónde va a estar situada esa película y, poco a poco, voy sacando canciones para acomodar el soundtrack”, dijo Casillas.

El nombre es el colchón para aterrizar todo y es el que guía el mood del álbum. La inspiración base está ahí. Cada disco funciona casi como si fuera una temporada nueva de una serie y por eso, el proceso de los cuatro álbumes de Little Jesus ha sido muy diferente.

Su primer álbum “Norte” salió en el 2013 y fue un proceso que Casillas catalogó como muy joven. De mucha energía e inexperiencia. Un disco que fue muy impactante para ellos, el público y los medios porque es muy único. Dijo que nunca van a poder replicarlo porque era una obra llena de energía pura juvenil inexperta haciendo algo por primera vez.

Fue algo muy instintivo. No sabían cómo hacer un álbum y nada más se dejaron ir cuando creaban, pero también fue un disco que les cambió la vida radicalmente y marcó el norte de sus carreras como músicos.

En el caso de “Río Salvaje”, su segundo disco, el proceso fue más tradicional. Este fue lanzado en el 2017. Hicieron la pre producción en un lugar fijo y luego lo grabaron en el estudio Sonic Ranch en El Paso, Texas, Estados Unidos. Todo se grabó en un mismo tiempo como álbum conceptual y más experimental.

Para “Disco de Oro”, que salió en el 2019, Casillas lo describió como un álbum más de gira. Grababan en los días que tenían libre entre tocar. También le llamó un disco “coming of age”. Como una película donde dejan la juventud, entran al mundo real, se veían a diario y estaban más consolidados como músicos.

Y su cuarto álbum “El Show Debe Continuar”, que salió el año pasado, fue un proceso de revivir a la banda. Estaban muy distraídos y se trataba de volver a empezar de cero. De querer volver a sentir esa emoción y sensación instintiva de cuando empezaron a crear música juntos. También fue un proceso muy raro para la banda.

“Pegó la pandemia y nos dejamos de ver. Fue un proceso en el que cada quien estaba muy separado y como individuos en lugar de estar así unidos como banda. Cada quien estaba haciendo sus propias cosas”, dijo Casillas. “Siento que ha sido el proceso más duro como banda porque no necesariamente enfrentamos un conflicto, sino que no había nada. Estábamos totalmente desconectados entre nosotros”.

Estaban desconectados, pero el ponerle un nombre al álbum y decir que querían hacer un disco que se llamara así fue lo que trajo la conexión de vuelta como banda. Trajo de vuelta la magia de su música colorida con portadas de discos vibrantes que quieren que se sientan como los afiches de películas.

Sus portadas tienen un diseño sobrio y limpio. Según Casillas, probablemente es en referencia a lo que crecieron consumiendo de videos de patinetas, pero también los colores tienen una relación muy fuerte con la música que hacen.

“Es difícil explicar porque es algo que pasa por nuestra cabeza. Es como una sinestesia. O sea, siento que el disco suena al color que tiene cada portada y no sé cómo explicarlo. Es algo que vemos sin querer”, dijo Casillas.

Según los National Institutes of Health, la sinestesia se refiere a cuando “un sentido puede experimentarse al mismo tiempo que otro”. En este caso, sería que están “escuchando colores” y creando música que les da la sensación de ciertos colores. Por eso, Casillas ve ciertas canciones completas en colores y los acordes de una guitarra o teclado tienen personalidades.

El concierto colorido en Costa Rica

Esos colores y personalidades están siempre presentes en sus conciertos, ya sea físicamente o figurativamente. En su concierto en el Mercado la California en San José, Costa Rica el pasado domingo 31 de agosto, dieron un show donde jugaron con los colores de las luces mientras tocaban. Para sus presentaciones, usualmente ensayan previamente para la gira, pero realmente no tienen un ritual ni un proceso específico.

Tienen dificultades para definir sus setlists, pero al mismo tiempo, tienen una estructura dividida en tres partes: el principio, el medio y el final. Dependiendo de eso, van acomodando las canciones. Siempre quieren que sus fans la pasen bien con ellos. Les gusta un principio emocionante, una mitad más introspectiva y un final intenso para que sea una experiencia más inmersiva.

“Que cuando se pone psicodélico, que se pongan psicodélicas las letras. Que cuando esté luminoso, haya luminosidad”, dijo Casillas. “Que cuando esté tranquilo, se sienta tranquilo. Como que la luz, pues, siga como un metrónomo de la música”.

Por eso, aquí en Costa Rica la pasaron muy bien. Casillas dijo que sintió que el público estaba muy metido en el show y eso fue lo que más le gustó. La gente estaba poniendo mucha atención, disfrutando con mucha intensidad y por lo mismo, él estaba igual.

“Nos encanta Costa Rica. La verdad, es un país que es muy diferente. Bueno, San José, por lo menos, es muy diferente a la Ciudad de México. Se siente muy relajada. Todo es súper. La naturaleza está hermosa. La gente es muy buena onda”, dijo Casillas. “Nos encanta ir ahí y me sentí mal de no haber ido en tanto tiempo, pero me encantó la experiencia”.

Además, en medio show Casillas le dedicó la canción “Pase A La Red” al futbolista costarricense Bryan Ruiz. A Casillas se le hace que es una canción elegante. Se acordó de Ruiz porque siempre se le hizo un jugador muy elegante y le cae muy bien. Por eso se tomó el tiempo de cantarle una de sus canciones a él y hacer un show más personalizado para Costa Rica.

La elegancia de la canción y de Ruiz, se relacionan con la magia de la música colorida de Little Jesus. Es esa música que es un arte por sí sola por la pasión con la que crean y se expresan a través de sonidos y ritmos mágicos. Es música que conecta más profundamente porque hablan constantemente del amor, el desamor y la nostalgia que transporta a sus fans a otro mundo por medio de la emoción de vivir.

“Sentir amor y desamor constantemente es lo que te hace emocionarte con la vida. Sino pues, así puede ser con cualquier cosa. Por un objeto. Por una persona. Por un animal. Por la música”, dijo Casillas. “O sea, sabes, siento que es lo que te hace crear lo que sea”.

Para aprender más de la magia de la música colorida de Little Jesus, pueden seguirlos en Instagram como @thelittlejesus. Ellos son unos de los múltiples artistas que no están participando directamente con el Centro Cultural de España en Costa Rica, pero quisimos contar su historia de cómo están creando arte y cultura extraordinaria en Iberoamérica. La cobertura del concierto se dio gracias a la agencia de comunicación artística costarricense Lit Inc y la entrevista gracias a la plataforma mexicana Caballeros.