Fecha
13 de noviembre de 2025
Desde niño Luis Alberto Cuevas Olmedo, mejor conocido como Beto Cuevas, tenía su sensibilidad artística muy despierta y latente. Su padre siempre estaba inmerso en mundos creativos, desde ser un aficionado del cine hasta editar videos. Cuevas pasaba mucho tiempo con él y así fue cómo aprendió a estar detrás y frente a una cámara en diferentes disciplinas.
“Entonces, supongo que algo de eso tiene que haber permeado en mi sistema operativo básico y generó la personalidad que yo tengo”, dijo Cuevas riéndose. “Otro factor importante es que realmente nunca me interesó mucho ni la química, ni las matemáticas, ni ese tipo de materias. Me sentía mucho más hábil y sentía que era más aporte en términos creativos, haciendo arte directamente”.
Por eso, desde niño le encanta dibujar, pintar, el cine y la fotografía. Nunca pensó que la música iba a ser su caballo de batalla y a lo que se iba a dedicar eventualmente en su vida. Además, el artista, músico, diseñador gráfico y actor chileno creció entre Chile, Venezuela y Canadá, lo cual le dio una experiencia cultural bastante amplia y así logró manejar tres idiomas simultáneamente: inglés, español y francés.
Estudió diseño gráfico en la Universidad Saint Laurent en Canadá y después en 1988, decidió tomarse un año sabático en Chile. Quería conocer su país porque había crecido fuera de él. En ese momento, conoció a personas en el ámbito musical y terminó haciendo una audición para la banda La Ley.
“En ese momento estaban buscando a un cantante y yo sentí: bueno, voy a estar por acá un año. No me parece mal plan poder experimentar y hacer algo nuevo que no había pensado que podía hacer”, dijo Cuevas. “Me convertí en cantante y letrista de La Ley. Comenzamos a ver rápidamente el ascenso del grupo y el impacto que tuvo en muchas personas”.
En ese entonces – cuando tenía 22 años – decidió emanciparse de su familia y se quedó a vivir en Chile. Cuevas recordó que en esos años Chile estaba en plena transición del fin de la dictadura de Augusto Pinochet y en camino hacia la democracia. Él tenía la sensación de que esa época histórica era un momento de gran apertura cuando estaba haciendo sus shows underground con La Ley.

“Creo que mi decisión fue buena porque llevo 36 años dedicado a esto”, dijo Cuevas.
Su decisión de dedicarse a la música en aquel entonces lo ha llevado a vivir una carrera artística bastante diversa y satisfactoria, ya que es un artista sumamente versátil. Puede pasar de experimentar con la música al video, la pintura, el diseño gráfico y la actuación. Sus ganas de crear no tienen límite porque todas las disciplinas artísticas que explora son tubos de escape para expresar emociones, sensaciones e historias relacionadas con su sentir y su vida.
Son una necesidad tan básica y primaria como respirar y comer para subsistir. La expresión existe en su ser para darle sentido a su vida. Cuando sube a un escenario es cantante, pero también le gusta ser el objeto de arte porque él es quien lleva la voz de las canciones con su guitarra y acompañado de los músicos que tocan en vivo.
Cuevas es el objeto de arte, pero también le gusta desprenderse de ese rol si le toca escribir. Le gusta poder adquirir otras formas, personalidades y libertades para moverse en diferentes ángulos. Por eso, tampoco le gusta definirse como artista. Se ve más a sí mismo como una acción. Se ve cómo quien crea para complacerse a sí mismo porque le es entretenido.

Pero sabe que cuando muestra su arte y música a los demás, ya deja de ser propiedad de él. Cualquiera puede tomarlo y opinar. Lo pueden alabar o destruir. Por eso, su música viva tiene un desfaz entre el propósito que él le da las canciones cuando las escribe y la interpretación que su audiencia les da.
Su proceso siempre parte de un sentimiento. Se sienta con su guitarra y empieza a tocar acordes. Sus dedos se van aleatoriamente a los diferentes acordes con distintos ritmos. Empieza a cantar melodías sin letras sobre la parte musical hasta que llegue a una secuencia donde esa mezcla lo satisface.
“Que me parece que está bonita. Que me parece que es diferente. A raíz de esa secuencia de acordes y de esa idea musical, a lo mejor viene un sentimiento y quiero decir: mira, estoy triste o estoy feliz por tal y tal razón”, dijo Cuevas. “Y empiezo a probar letras. A probar poesías. A probar frases que, de repente, son lindas y es como un trabajo de rompecabezas”.
Cuevas considera que su proceso es simplemente un trabajo metódico. Eso fue evidente cuando escribió la canción “Mentira” para el MTV Unplugged de La Ley en el 2001, el cual ganó el Grammy Latino al Mejor Álbum Vocal Rock Dúo o Grupo en el 2002 y marcó un gran antes y después en la carrera de la banda chilena y en la música de Latinoamérica.
Esa canción en particular empezó con Cuevas teniendo la primera parte lista que sonaba como un bolero y un lamento. Cuando se la fue a mostrar al productor Humberto Gatica, le dijeron que la canción podría ser un gran hit, pero tenía que escribirla de manera que realmente fuera sentida con un coro completamente diferente.
“Cuando me dijo eso y me desafió a que la canción iba a ser un hit, pues agarré el coro de otra idea que tenía”, dijo Cuevas. “Y es otro ritmo y eso lo junté con ‘mentira’ y se lo mostré al productor y me dijo: ahora concéntrate en la letra porque esta canción va a ser un gran éxito. Y así nació”.
Y “Mentira” es solo uno de los muchos éxitos de la prolongada carrera musical y artística de Cuevas. En ese camino ha tenido que adaptarse a distintas maneras de crear.
“Yo cuando empecé mi carrera en La Ley, hacía muchas canciones con Andrés Bobe, que fue el fundador de La Ley. Él hacía la música y yo cantaba melodías arriba de las estructuras musicales que le hacía”, dijo Cuevas. “Hacíamos canciones y éramos una dupla muy prolífica hasta el 10 de abril del año 94, que perdió la vida en un accidente de moto y en ese momento yo sentí que me quedé sin compañero y sin partner [compañero] de composición”.
De ahí nació la necesidad imperativa de que Cuevas aprendiera a tocar guitarra para poder tener esa independencia para hacer sus propias canciones. También, en ese momento tenía buenas ideas con sus compañeros de La Ley, quienes aportaban mucho en musicalidad y arreglos. Hacían cosas maravillosas, pero la semilla de las canciones no nacía necesariamente de forma grupal.
Por eso, Cuevas decidió emprender como solista, lo cual hasta el día de hoy lo sigue llevando por diferentes caminos. Pero la esencia de la creación de su música viva se mantiene, ya sea en solitario o en un grupo prolífico de rock latino como La Ley.

Dijo que evidentemente el noventa por ciento de las canciones que se escriben en el mundo son de amor y desamor. No pueden faltar porque personalmente ha experimentado esas emociones, pero de repente, le gusta hablar de otras cosas.
Una de las canciones que siempre canta en sus conciertos es “Fuera De Mí” y tiene un trasfondo bastante inesperado.
“Toda la gente la liga o la asocia a una canción como casi romántica y de amor. Porque la canción es melódica. Porque tiene una música y una producción muy linda, pero en realidad, cuando yo la escribí, había ido a ver la película El sexto sentido”, dijo Cuevas. “En mi mente, más que hablar de la película, hablé de una persona que fue eliminada, asesinada por la mafia japonesa. Cuando hay una frase de la canción que dice: mi cabeza rueda en la escalera. Es como su alma viendo lo que está pasando”.
Cuevas ha hablado con mucha gente sobre esa canción en particular y lo toman como una frase poética.
“Ay, mira qué lindo. A lo mejor había bebido mucho esa noche y su cabeza rodaba por la escalera. No”, dijo Cuevas riéndose. “Yo en mi mente lo hice casi como una película de Tarantino. Con un sable le cortaron la cabeza y su cabeza rodó por la escalera de una manera concreta”.
Lo canta de una manera romántica y por eso parece una metáfora, pero la realidad de la canción es otra. Se trata de una persona a la que le quitan la vida y que comienza a experimentar los primeros momentos fuera de su cuerpo viendo lo que está pasando.
Por eso, a Cuevas le gusta la intriga, la acción y el cine. Como canta melódicamente, las interpretaciones del público de sus canciones son variadas, pero tampoco le gusta dar explicaciones de ellas. Le interesa más cómo se siente su audiencia cuando escucha una de sus canciones y piensa que las interpretaciones de la audiencia son tan válidas como las de él.

Por eso, la dualidad siempre es parte de su música viva, ya sea con las interpretaciones de los significados de las canciones o con las temáticas que trata. Su música está viva porque habla de la muerte. Sin la muerte no hay vida y sin vida no hay muerte.
“Para mí la dualidad entre la vida y la muerte es como hablar de principio y fin. Es como hablar de blanco y negro. Es como hablar de arriba, abajo”, dijo Cuevas. “O sea, vivimos entre polaridades y todos somos finitos. Todos nacimos en algún momento dado y en algún momento – ojalá más tarde que temprano – nos vamos a despedir de este plano físico”.
Cree que hay vida más allá del cuerpo porque cree en el alma. Cree que somos un cuerpo orgánico que existe al consumir prana (energía vital) y comida para seguir adelante.
“Yo pienso que el alma es una energía que sigue existiendo en otro plano que no podemos entender. Solamente podemos interpretar a través de una canción” dijo Cuevas. “Como, por ejemplo, Prisioneros de la piel. Una canción del año 93 o 92”.
Piensa que también es una manera muy humana de interpretar algo que no entiende. Cree que estamos en una realidad donde estamos sujetos a pensar de esa manera porque vivimos en un espacio donde hay tiempo y eso se amarra con el proceso emocional de sus canciones, el cual dijo que no maneja.
Simplemente se permite vivir y sentir emociones. Ha aprendido con el paso del tiempo a no huirle a las emociones que le puedan generar pena o enfado. Eso también está presente en sus canciones “Ámate y Sálvate”, “El Duelo” y “Más Allá”. “Ámate y Sálvate” la escribió en tiempos donde estaba sucediendo la guerra en Irak, pero siente que es una canción que aplica al contexto político actual.
“Igual lo que vemos hoy en día cuando vemos lo que sucede en Ucrania o lo que sucede en la franja de Gaza. Uno tiene que tener esa sensibilidad humana de tener esa empatía y aceptar de que está mal lo que está sucediendo y tener una opinión”, dijo Cuevas. “Más allá de eso, es poco lo que podemos hacer cuando nosotros le otorgamos el poder a otras personas”.
La canción la escribió cuando La Ley hizo su álbum “Libertad” y era un momento donde Cuevas sentía que con la popularidad que estaban experimentando, podía expresar su opinión como letrista a través del vehículo de la música popular. Podía ayudar a abrir debates, conversaciones y hacer entender a la gente del poder que tienen en los países democráticos para elegir bien a quienes ponen en poder.
“Yo pensaría que con todo lo que hemos evolucionado, deberíamos haber entendido de que tenemos que trabajar juntos para hacer evolucionar el mundo y no seguir con guerras”, dijo Cuevas. “No seguir persiguiendo a la gente como lo hacen ahora en Estados Unidos y que los están echando como si fuesen todos criminales. Hay mucha disfuncionalidad y muchas cosas feas sucediendo. Entonces, eso es lo que quise decir en Ámate y Sálvate”.
Con “El Duelo”, la historia es diferente. Lo que inspiró dicha canción fue una relación de pareja de una persona que Cuevas conocía.
“Se trataban muy mal físicamente. Particularmente él a ella, pero parece que a ella le gustaba. Entonces, era una relación medio sadomasoquista y por eso, escribí ese coro que dice: sin dolor no te haces feliz, sin amor no sufres más”, dijo Cuevas.
Al principio, Cuevas había escrito “sin amor no te haces feliz, sin dolor no sufres más”, pero le parecía una obviedad. Sonaba bien, pero no le decía nada. Le parecía una frase tonta y por eso decidió invertir las palabras.
Eso lo llevó a preguntarse: ¿cómo que necesitamos dolor para ser feliz? Fue una reflexión muy clara porque cree que el dolor se necesita para poder experimentar y entender lo lindo que es no tener dolor.
“Y, sin amor no sufres más. Porque lamentablemente en el mundo y en las relaciones de hoy y de siempre, el amor conlleva momentos muy gratos, pero también momentos muy amargos”, dijo Cuevas. “Entonces, es parte de la condición humana y es probablemente la frase más existencialista que he escrito en mi vida”.
Una frase tan existencialista que ni sabe cómo se dio la interpretación tan metafórica una vez que ya estaba afuera. Es simplemente parte de su música viva que se convierte en algo con que sus fans puedan relacionarse.

Pero a veces sus canciones no son tan fáciles o sencillas. A veces se topa con la responsabilidad de utilizar la música como una herramienta para hablar de temas sensibles y delicados como el suicidio y la salud mental. Tal es el caso con la canción “Más Allá”.
Esa canción la escribió después de que se enteró que una chica – que era fanática de él e hija de una persona que su madre conocía – se quitó la vida. Su razón fue que ella estaba enamorada de Cuevas, quería conocerlo y veía casi imposible poder conocerlo.
“Evidentemente cuando te dicen que una persona se quitó la vida por ti y una persona que ni siquiera conocías, hay algo que sucede con tu corazón. Tú dices: wow, yo la podría haber conocido. La podría haber ayudado”, dijo Cuevas.
En ese momento, se puso a pensar sobre la depresión y el querer traer el tema a la mesa a la hora de escribir esa canción. De la importancia de tomar en serio a las personas que dan señales sobre la depresión y el suicidio y poder ayudarles si necesitan asistencia psiquiátrica o psicológica.
Además de eso, también se puso a reflexionar sobre la responsabilidad que tiene como músico y artista cuando escribe canciones. Siente la necesidad de escribir canciones que digan cosas que tengan sentido y que ojalá les sirvan a las personas para reflexionar o para arreglar su vida. Por eso, Cuevas nunca ha usado palabras fuertes o groserías en sus canciones.

Tal vez por eso, a veces su música viva se siente más espiritual. Esa sensación espiritual se puede sentir en el MTV Unplugged de La Ley en el 2001. En esa ocasión invitaron a una chamana chilena llamada Luz Clarita para que hiciera un ritual energético antes de grabar el disco en vivo.
“La verdad es que funcionó muy bien porque puso a todo el público presente en un nivel energético muy lindo y muy abierto. Creo que el show resultó maravillosamente bien. Casi no tuvimos que repetir nada y fue un show como hecho casi de corrido”, dijo Cuevas. “Fue un show continuo y fue un agrado realmente hacerlo”.
El MTV Unplugged fue grabado en el mismo año – el 2001 – en que La Ley fue la primera banda chilena en ganarse un Grammy anglosajón en la categoría de Mejor Álbum Latin Rock/Alternative por el álbum “Uno”.
Ese álbum en vivo también inspiró su actual disco “Beto Cuevas Acústico”, con el cual se encuentra de gira por Latinoamérica actualmente e hizo que viniera a San José, Costa Rica el pasado sábado 20 de setiembre a dar su concierto en el Centro Internacional de Convenciones ANDE (CIC ANDE).
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Quiere que su público pueda experimentar los conciertos de manera en que estén presentes con todos sus sentidos. Cree que cada show es único y siempre depende mucho de la energía que logre crear con sus seguidores, lo cual es una de las cosas más lindas que él mismo experimenta a través de su música viva.
Además, lo acompañan distintos músicos y en su set acústico quiso incluir a la joven cantante chilena Javiera Flores. La conoció por medio de su tiempo como juez en el programa The Voice Chile.
“Yo sentí que era más interesante mi labor como cantante de ofrecerle esa posibilidad a alguien que quizás puede tener un camino en el arte y presentarle a la gente alguien nuevo que no ha escuchado antes, pero que tiene una voz extraordinaria”, dijo Cuevas. “Por eso la traigo conmigo. Ella me ayuda con los coros, pero además tiene su momento estelar donde ella también puede mostrar su talento”.

Por eso, aquí dieron un show donde Cuevas dijo que el público tico fue pura vida. Le encantó y fue una linda experiencia porque tenía mucho rato de no venir a Costa Rica. Le gustó poder reactivar esa conexión con el público con un concierto acústico más íntimo.
La experiencia de los conciertos de Cuevas es simplemente una de las múltiples partes de su música viva. Es música que conecta profundamente con su público por medio de sus frases poéticas existenciales, pero también por su filosofía de vida. Es música que está viva porque reflexiona de la muerte y es música que a Cuevas lo hace sentir mucha satisfacción.
“En 36 años que llevo de carrera, he podido ser consistente en el desarrollo de mis ideas y de mis obras. Estoy aprovechando y vivo en el presente”, dijo Cuevas apasionadamente. “Trato de recordarme siempre que vivo en el hoy, en el ahora. De lo contrario, vivir anclado en el pasado o vivir anticipando cosas que aún no suceden, es una pérdida de tiempo y una pérdida de vida. Porque la vida se vive en el hoy y en el ahora”.
Para aprender más de la música viva de Beto Cuevas, pueden seguirlo en Instagram como @iambetocuevas. Él es uno de los múltiples artistas que no está participando directamente con el Centro Cultural de España en Costa Rica, pero quisimos contar su historia de cómo está creando arte y cultura extraordinaria en Iberoamérica.
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