Fecha
31 de julio de 2025
En la PARTE I aprendimos cómo Sebastián Cabrera Chelín, mejor conocido como Chelín, crea cine a partir de las relaciones humanas. Ahora, vamos a explorar cómo el director de fotografía y artista dominicano hizo sus sueños realidad con los bichoalizers del álbum “Capicú” de la artista puertorriqueña RaiNao.
Recordemos que ya Chelín había hecho el video musical de “Tentretiene” con RaiNao. Como a este videoclip le había ido tan bien, RaiNao y su project manager de ese entonces, Nasha Santiago, le hicieron una propuesta bastante llamativa y ambiciosa a Chelín.
“Y me dicen: mira Chelín. Que te queremos ofrecer todos los bichoalizers de RaiNao. Y yo digo: ¿qué? No. Yo no puedo hacer eso. No. Como con Tentretiene nos fue muy bien. Que no sé qué cuánto”, recordó Chelín. “Y yo dije: sí, pero me tienen que dar un tiempo y yo voy a escribir todas las historias y lo tengo que producir yo”.
Una vez tomada esa decisión, Chelín puso sus condiciones y se respetaron. Tenía un pequeño inconveniente y era que había muy poco dinero para crear todo. Eso implicó para él tener que optimizar los recursos. Tuvo que involucrarse de manera mucho más inmersiva en el proyecto porque tenía que filmar, producir, editar, dirigir y llevar a cabo otro montón de procesos más.
Fue una locura, pero también algo muy satisfactorio. Los bichoalizers de “Capicú” de RaiNaio – los videoclips cuyo nombre fue creado por el asistente de dirección Kemel Jamis – representaron uno de los retos más grandes para Chelín.
Él fue el responsable de crear trece de los dieciséis videos musicales. Cada video tiene su vida propia, pero si se juntan cuentan una historia completa. Casi como si fuera una película. Para que la audiencia se dé cuenta de ello, tiene que poner atención a los detalles de la experiencia audiovisual que se está contando.
Son videos sumamente inmersivos. Se siente casi como si se estuviese viviendo un sueño. Como si lo que está pasando en la pantalla no tiene sentido, pero de cierto modo sí lo tiene. Cada pieza audiovisual se conecta la una con la otra.
“Todo eso sale de mis sueños”, dijo Chelín.
Por eso Chelín hizo sus sueños realidad. No de manera metafórica. No por un cliché de hacer sus sueños realidad profesionalmente. Literalmente hizo sus sueños realidad.
“Es soñar algo. O sea, cerrar los ojos y decir: mierda, me soñé que había un gato gigante cayéndome atrás y estaba en un colmado [tienda]”, dijo Chelín.
Quería crear esa sensación de que muchas veces los sueños se conectan, pero también en otras ocasiones no sucede así. Son situaciones ambiguas y distópicas. Su idea era tener elementos que conectaran el uno con el otro.
Para ello, mucho del proceso creativo se trató de confiar en su instinto y subconsciente para contar estas historias. Después de soñar, Chelín preparó una presentación para RaiNao y Nasha sobre sus ideas. Recurrió a la inteligencia artificial para poder graficar sus sueños y que eso tuviese sentido con lo que quería crear visualmente. Nunca antes había hablado con alguien más de esta parte tan surreal del proceso.
“Era yo que estaba creando. Era mi journey [camino] creando prompts [enunciados] y vainas y volviendo los sueños realidad. Es muy loco eso. Muy loco”, dijo Chelín. “Cuando tú te sueñas algo, tú lo graficas y después tú lo vuelves realidad. Qué loca la vida”.
El concepto de hacer un sueño realidad puede sonar muy ambiguo. Puede crear cierta confusión porque no es una metáfora ni una frase poética. Es algo real. Es algo que tiene una explicación muy simple para Chelín.
“Yo me acuerdo que yo relajaba cuando muy niño. Qué sé yo, siete, ocho años. Yo me soñaba que estaba haciendo pipí y cuando me levantaba, me había hecho pipí en la cama. Es que literalmente hice mis sueños realidad”, dijo Chelín riéndose. “Y aquí [con los videos musicales], literalmente estoy haciendo mis sueños realidad”.
La estética de los sueños se puede ver claramente en el video de “readysita” con los gatos humanos gigantes en un ambiente oscuro con luces amarillas bajas o en el video de “navel point”. Donde RaiNao empieza interactuando con un mesero enmascarado en un bar. Luego, ella encuentra personas besándose en un clóset y un baño, quienes después salen corriendo y la persiguen.
O en el video de “EVA”, donde RaiNao nuevamente aparece con el hombre enmascarado, quien esta vez es un vendedor en un supermercado en la oscuridad rodeado de muchas personas. El uso de las luces estroboscópicas da la sensación de estar en un sueño y no en el mundo real.
También hay un gran detalle de Chelín en esos videos que deja muy claro porque ese trabajo fue una experiencia sumamente inmersiva para él.
“Yo salgo actuando en unos videos. Hay dos videos en los que yo soy actor”, dijo Chelín. “Yo salgo en EVA. Yo soy el que está detrás vendiendo cosas”.
Chelín es el hombre enmascarado misterioso en “EVA” y “navel point”. Sus múltiples apariciones son parte de la continuidad que hay en los bichoalizers con distintos personajes que están presentes a través de los videoclips. La actuación de Chelín también es el claro ejemplo de la experiencia inmersiva donde tenía que ser un artista versátil cumpliendo muchos roles diferentes al mismo tiempo.
Aunque la mayoría de las historias son contadas a partir de sus sueños, también hay una dosis de realidad contada de manera poética en uno de los bichoalizers. El documental corto para la canción “Naomi” surgió de la historia que Chelín iba escribiendo y diciéndole a RaiNao.
Él le iba poniendo conversaciones a ella para hablar entre los dos. Le planteaba posturas filosóficas de lo que él entendía como importante en la vida. Las cosas que tienen valor y los valores que acompañan sus objetivos y propósito en la vida.
En esa dinámica, él terminó creando una canción que no existía en “Capicú”, lo cual fue de mucha alegría para Chelín. Descubrió una nueva habilidad: escribir canciones. En ese proceso se dio cuenta que las conversaciones con RaiNao los llevaba a momentos donde creaban un sentimiento muy íntimo que le permitía filmar.
“Yo en esos momentos grababa. La otra cosa era que como yo era muy cercano de ella y andaba muy cerca de ella, también andaba con mi cámara de dieciséis milímetros con latas”, dijo Chelín. “En Los Ángeles yo iba a Kodak y siempre me dan latas. Siempre me daban una película, yo la compraba, me la regalaban o lo que sea y eso me permite siempre tener mi cámara ready to shoot [lista para filmar]”.
Filmar en película análoga también es parte de la estética específica que Chelín planteó para varios bichoalizers: “Naomi”, “logout” y “roadhead”. Aparte de ser los tres videos con un mismo formato visual, también son tres videos que Chelín decidió regalarle a RaiNao como agradecimiento por darle la oportunidad para crear con ella.
Además de ser tres videos que utilizan la misma estética y que fueron un regalo, son videoclips que comparten imágenes y momentos. De nuevo, los detalles de Chelín juegan un rol sumamente importante aquí. El documental “Naomi” termina en un release party (fiesta de estreno) del artista puertorriqueño Álvaro Díaz. Mientras tanto, “roadhead” empieza en esa misma fiesta y además, salen los perros de RaiNao, que también aparecen en otros bichoalizers más.
Todo está conectado porque para Chelín, “Capicú” es un gran video donde los sueños se mezclan con la realidad. Donde la realidad terminó siendo retratada en el documental “Naomi” porque Chelín quería mostrar cómo es RaiNao como persona.
“Es que la gente no ve al artista como es. Que también es un ser humano que tiene un montón de traumas y que no está bien. Que pasa un montón de luchas en la vida”, dijo Chelín. “Esa capacidad de tener una cámara íntima dentro de la vida de ese artista, por casi seis meses, yo lo filmé en dieciséis milímetros”.
Eso para él fue un privilegio increíble.
“También fue un reto personal que yo me lo tomé para probarme a mí mismo de que tengo la capacidad de crear una pieza de gran envergadura como son todos esos videos”, dijo Chelín. “Y estoy muy agradecido de tener esa oportunidad. Eso me enseñó mucho. Yo aprendí qué coger y no coger de ahí. Estoy muy agradecido de eso porque gracias a eso yo me forjé y me esclareció mi camino bastante”.
Fue un proyecto que lo retó de muchas maneras donde se sintió como Bugs Bunny porque él «pateaba, pitcheaba, era primera base y también cátcher». También fue un trabajo extenso donde la pasión y entrega de Chelín es muy notoria. Donde la parte humana destaca mucho y que es muestra de todo su arte que lo ha llevado tan lejos a nivel global a pesar de las dificultades en el camino.
Es parte de su arte y cine donde ser latino juega un papel de desventaja y ventaja al mismo tiempo. Que su identidad y sus logros, de una u otra manera, influyen a las demás personas de una manera más profunda.
Chelín recordó a una de sus estudiantes en las clases de rebelado de fotografía analógica que él daba en la Escuela de Diseño Altos Chavón en República Dominicana. Ella estaba pasando por un momento bastante complejo y difícil. Chelín la llamó un día por teléfono para preguntarle cómo estaba y que si había hecho la tarea.
Una llamada telefónica con una simple pregunta para él, pero para ella, fue una llamada que cambió el rumbo de su vida. Luego, en una exposición de arte donde estaban los dos, ella llamó por aparte a Chelín para darle las gracias por esa llamada.
“Me dice: tú me llamaste para preguntarme cómo estaba mi tarea hecha. Si ya la había hecho”, Chelín recordó. “Si necesitaba ayuda y el simple hecho de yo recibir una llamada y de acordarme de gente como tú que lo pudieron lograr, me da una gran esperanza y me inspiran a seguir viva. Tú no te imaginas lo que significa pa mí”.
Después de escuchar eso, Chelín se puso a llorar.
Quería decir que su existencia, su cine y su arte salvaron a alguien de quitarse la vida. Ahí fue cuando él entendió que su cine y arte aparentemente importan y cambian vidas. Que él, al tener la capacidad de crear para un acto de habla masiva, necesita tener mucho cuidado con los mensajes que transmite.
Por eso, siempre invita a que todo se haga de la mejor manera posible con la mejor de las energías.
“Porque puede ser el cambio para esa persona a que no se mate”, dijo Chelín. “A que decida empoderarse y decir: no. Yo me voy a dedicar a eso. Porque él me inspiró a mí. Yo voy a ser fotógrafo. Yo puedo hacer el cambio”.
Porque todo esto es parte de su arte y cine que genera una conexión profunda por medio de las relaciones humanas, la gente y la caribeñidad.
“Es como lindo ese portal de voz de la caribeñidad y aparte, el agradecimiento eterno que tengo de poder tener el acceso a los grandes medios de comunicación”, dijo Chelín. “Es lo que me llena de agradecimiento y orgullo”.
Para aprender más de cómo Sebastián Cabrera Chelín hizo sus sueños realidad, pueden seguirlo en Instagram como @cchelin. Él es uno de los múltiples artistas que no está participando directamente con el Centro Cultural de España en Costa Rica, pero quisimos contar su historia de cómo está creando arte y cultura extraordinaria en Iberoamérica.
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