La fotografía pesquera de Maiten Moore

Elizabeth Lang

Fecha

28 de agosto de 2025

Maiten Moore creció entre una gran mezcla de culturas. Su mamá es chilena y su papá es panameño. También creció entre la jungla y el mar de Puerto Viejo en el Caribe Sur en la provincia de Limón. Creció aprendiendo sobre su cultura afrocaribeña y afrocostarricense desde la infancia hasta ahora en su etapa universitaria en geografía en la Universidad de Costa Rica (UCR).

Con apenas 17 años, ya participó en su primera exposición grupal. Moore es una de las jóvenes de la comunidad de Puerto Viejo que es parte de nuestra muestra “Reflejos del Mar: Una iniciativa sobre mares y comunidad”. Sus ganas de fotografiar su comunidad posiblemente vienen de la conexión tan intrínseca que tiene con el arte.

Su madre es buceadora y le ha enseñado sobre la fotografía sub acuática. Sus abuelos maternos migraron de Chile a Costa Rica por la dictadura y con ellos se trajeron su cultura.

“Ellos trajeron toda esta cultura artística porque mi abuelo era profesor de teatro y de música. Entonces, tengo una familia muy artística de teatro y de música”, dijo Moore.

El arte y la cultura corren por sus venas. Del lado de su papá, él vivía en Bocas del Toro, Panamá. Ya tenía familia en Costa Rica y por eso decidió mudarse. Moore mencionó que gracias a su papá aprende mucho de su cultura afrocostarricense.

Con él come rice and beans, que es uno de los platillos más tradicionales de la zona. Consiste de arroz y frijoles cocinados con leche de coco y chile. Además, su papá le enseña sobre todo lo que viene de la tierra. Le enseña de la fruta de pan y la fruta de mono.

“Todas esas cosas que no me enseñan tanto en casa, pero las aprendo con él y como el tema de la pesca. Que mis fotos son de la cultura de los pescadores ahí. Él es pescador”, dijo Moore. “Entonces, él siempre me ha enseñado los diferentes tipos de peces, lo que ellos van a hacer al mar, cómo se despiertan a las cinco de la mañana para ir a pescar y traer pescado fresco”.

Ese interés por la pesca artesanal llevó a Moore a participar en el taller de fotografía impartido por la agrupación Reflejos del Mar en colaboración con la Cooperación Española en Costa Rica. Inicialmente Moore se involucró por su mamá, Ana María Arenas, quien es cofundadora de Reflejos del Mar con Gloriana Turcios y Diego Miranda.

Moore también se involucró porque le encanta la fotografía. Le encanta la idea de retratar lo que está pasando en su comunidad y le parece muy interesante poder capturar la cultura de la pesca que se ha estado perdiendo.

Aprendiendo en el taller

“La gente como que no sabe mucho de esta parte de Puerto Viejo sobre la cultura de los pescadores. Entonces, me interesó mucho retratar todo ese tema para que la gente viera cómo es el día a día en el puerto”, dijo Moore. “Que usted pasa por los botes y están ahí los pescadores sacando el pescado. Me pareció muy interesante que hay que retratar y enseñar esa otra parte de nuestra historia”.

Para poder retratar eso, Moore formó parte de la dinámica del taller en donde a ella y al resto del grupo les enseñaron todo sobre la fotografía. Lo básico y lo no tan básico. Cómo retratar en la superficie. Cómo retratar debajo del agua. Cómo controlar el ISO. Les daban tareas para poner en práctica todo lo aprendido y buscar capturar alguna problemática de la comunidad que les interesara.

Pero más allá de la parte técnica de la fotografía, Moore entiende esta disciplina como un arte donde retrata momentos para siempre. Esos momentos lindos que tiene o aquellos que quiere recordar para siempre. Considera que la fotografía es un arte muy bonito y universal porque cualquier persona que tenga acceso a un medio fotográfico lo puede hacer.

Tampoco es la primera vez que hace fotografías. Cuando tenía nueve años había participado con una exposición de fotografías en el Festival Estudiantil de las Artes (FEA). Había retratado la naturaleza y cosas que le gustaran visualmente. También ha tomado muchas fotos para el Wolaba Parade en su comunidad y a veces le ayuda a su mamá retratando los corales bajo el agua.

Se define como una joven a la que le gusta mucho el arte visual. Le gusta retratar momentos íntimos de la comunidad para que queden plasmados ahí para siempre. Que no sean olvidados y que comuniquen un mensaje que no sea escrito. Que sea visual. Por eso, a la hora de fotografiar se rige por el sentimiento que está viendo.

“En lo que yo estaba haciendo de los pescadores, quería retratar ese sentimiento de no ser olvidados. Porque en la comunidad pesquera están olvidados”, dijo Moore. “Yo observaba cómo el señor iba saliendo desde la comunidad. Iba saliendo del mar”.

Moore se quedaba observando fijamente. Quería retratar ese momento en que él venía de regreso con los pescados. Paraba. Veía lo que estaba pasando. Aprovechaba el instante donde él estuviera bajándose y pensaba que quería esa foto. Le daba el clic a la cámara sin saber cómo iba a quedar la foto.

Porque parte de la magia Reflejos del Mar era aprender fotografía análoga. Entender cómo manipular una cámara análoga con rollos de película. Tener que estar presente en el momento y esperar hasta que revelaran las fotos para ver los resultados. Este aspecto presentó un reto divertido para Moore.

Tenían solo diez clics por rollo. Tenían dos rollos. Así que tenía que aprovechar el momento y la composición visual que le llamara la atención capturar. No saber qué iba a salir, provocó ciertas emociones en Moore.

“Estuve muy nerviosa porque había que controlar mucho lo que es el ISO del sol. Porque hacía mucho sol. Teníamos que practicar mucho esa parte para que las fotos no se vieran muy claras o muy oscuras. Fue un poquito difícil, pero al final todo salió bien”, dijo Moore. “Me dieron muchos nervios porque no sabía cómo iban a salir. Porque, diay, algunas salieron muy borrosas. Muy movidas porque había que quedarse muy quieto y no me quedaba quieta”.

Fotografiando sus raíces afrocostarricenses

En esa experimentación visual análoga, Moore tenía muy claro que quería retratar la pesca artesanal como sinónimo de cultura, raíces e identidad. Porque eso es lo que ella cree que los identifica como comunidad. Es su cultura, raíz e identidad por la conexión personal que tiene a la pesca gracias a su papá, quien es pescador.

Es una actividad que él practica desde hace mucho tiempo. Es la tradición y cultura de un pueblo, pero también es algo que hace para él mismo y para tener pescado fresco para su comunidad.

“Pero más que todo, lo hace para él. Es su hobby y también su trabajo. Es muy bonito saber que él se despierta temprano y va a pescar o hay días que él no puede ir a pescar porque, además de que ellos pesquen, conocen el mar”, dijo Moore. “Ellos conocen cuando está bien el mar para ir a pescar. Cuando es temporada. Cuando no. Cuando va a venir una tormenta”.

Moore quería comunicar todo eso por medio de sus fotos. Quería rescatar visualmente una tradición de su pueblo que siente que está en el olvido. Para que las personas de su comunidad y fuera de Puerto Viejo puedan conocer esta cara. Que es algo que no se debe perder. Logró rescatar eso por medio de fotografías con tonos de verdes, azules y grises muy vibrantes.

Siente que también lo logró al tener las fotos impresas en un gran formato en la galería al aire libre del Estadio Nacional en la ciudad de San José.

“Es algo que yo quería que se viera. Como es un lugar tan visible y mi idea de la fotografía era que se visibilizara la cultura pescadora, es algo que se cumplió la meta de que se haga visible. De que la gente vea la comunidad pesquera desde mis fotos”, dijo Moore. “Muy bien que lo hayan puesto en un lugar tan grande y las fotos tan grandes para para que se vean bien desde el carro o del otro lado de la calle”.

Lograr eso es un orgullo muy grande para Moore. Igual que el orgullo que carga por ser parte de Puerto Viejo y el Caribe Sur costarricense. Eso quedó retratado en sus fotografías. Porque para ella, ser de Puerto Viejo implica que todos se consideren familia. Implica ser de una comunidad muy unida donde le gustó mucho crecer.

Implica también estar conectada con sus raíces afrocaribeñas de una cultura muy alegre donde se intenta preservar las raíces del pasado. Es esa necesidad de tener la cultura para siempre. Desde el legado de su cocina y baile hasta la preservación de su idioma.

“Porque allá se habla patuá o creole también. Esa cultura que sigue ahí, que ellos intentan retenerla y, además, transmitirla”, dijo Moore. “Me gusta mucho. Es una cultura muy linda”.

Además del aspecto cultural, ser parte de Puerto Viejo también implica tener una conexión muy profunda con la naturaleza. Moore vivía adentro de la jungla y siempre estuvo rodeada de la naturaleza. Cuando salía de la jungla, iba al mar. Es algo con lo que ha estado muy familiarizada, pero también algo que requiere de conservación y protección. Por eso cree que la exposición sirvió muy bien para visibilizar eso y especialmente porque su inauguración fue en el Día Internacional de los Océanos.

“Siento que la conservación es algo que hay que visibilizarla también. Por eso, el medio de las fotos preserva esa imagen de lo que tenemos que proteger y lo que tenemos que cuidar. Que es responsabilidad de nosotros. De los jóvenes y los adultos que viven ahí o los que, incluso, no viven ahí”, dijo Moore. “Para exhibir y compartir todo esto que está pasando con los mares, los océanos o todas estas talas de árboles ilegales que están haciendo y que nadie hace nada. Bueno, que nadie dice nada o no le prestan tanta atención”.

La conservación y protección de la naturaleza es solo uno de los factores elementales de la fotografía pesquera de Moore. Es una fotografía que busca capturar un momento para siempre. Una fotografía que recurre a dejar un registro de la cultura, las raíces y la identidad de su hogar de Puerto Viejo. Una fotografía que celebra la tradición pesquera de su cultura afrocostarricense y afrocaribeña.

“Siento que es un privilegio ser artista y afrocostarricense. Es algo que me gusta mucho y estoy muy orgullosa”, dijo Moore. “Muy, muy orgullosa de ser parte de esa comunidad y de tener todas esas raíces y además de ser artista. Ese querer exhibirlas y mostrarlas al público”.

Para aprender más de la fotografía pesquera de Maiten Moore, pueden seguirla a ella y sus compañeros del taller en Instagram como @reflejosdelmarcr. Ella está participando en nuestra exposición “Reflejos del Mar: Una iniciativa sobre mares y comunidad”, que es una colaboración entre el CCE, Reflejos del Mar, la Cooperación Española en Costa Rica, el Ministerio de Cultura y Juventud, ICODER y el Estadio Nacional. La muestra estará hasta el 9 de setiembre.